La muerte de Paloma Nicole, una joven estudiante que estaba a punto de cumplir 15 años, nos sacudió profundamente y puso en el centro de nuestra atención un problema doloroso y real: la violencia estética. Era casi una niña, con la ilusión de viajar a Europa y perdió la vida tras someterse a un aumento de busto, liposucción y lipotransferencia glútea, procedimientos riesgosos e innecesarios para su edad.

Carlos Saíd Arellano, su padre, denunció que no fue informado ni dio su consentimiento para la cirugía. Agregó, además, que hubo una terrible negligencia, ya que la operaron mientras luchaba contra el Covid-19.

Ante este hecho tan lamentable, colectivos feministas se pronunciaron y fue Fernanda Flores, activista por la diversidad corporal, quien expresó en sus redes sociales un mensaje poderoso: “Nicole murió porque la sociedad le enseñó que su cuerpo no era suficiente”.

Paloma fue víctima de la violencia estética, esa presión implacable que nos exige encajar en estándares de belleza imposibles. “Nicole debería estar viva. La belleza no puede valer más que una vida”, dijo la activista en un video que se viralizó en Instagram. Sus palabras son un grito desesperado contra una sociedad que, a través de estereotipos y publicidad engañosa, empuja a las jóvenes a arriesgar su salud y su vida en busca de una aceptación que nunca llega.

Mientras tanto, el padre de Paloma lucha con todas sus fuerzas para que se haga justicia y se castigue al padrastro (el cirujano), a la madre y al hospital involucrados. Él está convencido de que la muerte de su hija fue el resultado de una serie de errores y ocultamientos, y que incluso intentaron esconder la verdad en el acta de defunción, poniendo “enfermedad” como causa de su muerte.

Las columnas más leídas de hoy

El caso de Paloma Nicole es un llamado urgente a abrir los ojos ante los peligros de la violencia estética y a promover la aceptación y el amor propio desde la infancia. Es hora de cuestionar esos estándares de belleza que nos imponen y construir una sociedad donde la salud y el bienestar sean más importantes que la apariencia física.

Me duele mucho la historia de Paloma. Es importante que hablemos de estos temas y apoyemos a las jóvenes para que se acepten y se quieran tal como son.