El día de ayer, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, recibió un contundente revés en la pugna que desde hace meses ha sostenido no solo con miembros de la oposición, sino también con varios integrantes de su mismo partido; quienes han señalado al mandatario por sus abusos de autoridad al intentar acallar a sus críticos mediante la aprobación de la polémica ley de ultrajes, misma que tiene actualmente detenidos a cientos de personas en los diferentes reclusorios de toda la entidad.

Y es que la SCJN invalidó este pasado lunes, tres de las cuatro fracciones del artículo 331 del Código Penal de Veracruz, por considerarlos ambiguos e imprecisos; y porque pudieran ser utilizados para atentar en contra de las libertades individuales garantizadas en la Constitución.

La decisión de los ministros no le sorprendió a nadie, mas que quizá al gobernador y sus mal llamados asesores; quienes han sido exhibidos nuevamente por su desconocimiento de las leyes, y el poco peso y respaldo político que tienen a nivel federal.

Antes de esto ya habían recibido varias llamadas de atención que pudieron haber provocado un ajuste en su estrategia, que les permitiera ahorrarse este ridículo. Fue primero el coordinador de los Senadores de Morena, Ricardo Monreal, quien se apersonó en la entidad para quejarse públicamente de esta práctica; lo que solo logró que el gobernador reaccionara con un ataque hacia el mismo Monreal y el encarcelamiento de uno de sus asesores, José Manuel Del Río Virgen, quien es también cercano a Dante Delgado.

Lo anterior, provocó el surgimiento de un movimiento político integrado por personajes de la oposición, abogados, organismos empresariales, sociedad civil y también miembros de su mismo partido, para exigirle un alto al hoy mandatario; quien solo los minimizó y hasta hizo mofa del asunto.

Después, la CNDH que preside Rosario Piedra (cercana al presidente AMLO) emitió una recomendación para derogar dicho delito, lo que ya evidenciaba que Cuitláhuac García no contaba con el aval oficial para seguir con esta disputa. Aún así, hizo caso omiso y la Cámara de Diputados local, con mayoría de Morena, terminó por desechar la intención de eliminar el delito.

En el colmo de las cosas, para defender su tan criticado artículo, el gobernador afirmó que varios criminales saldrían libres si se derogaba la ley, y que por eso habría varios abogados implicados que estaban detrás de la presión social por lograr la eliminación del delito. Aún sin haber mostrado pruebas de sus dichos, lo que sí evidenció el mandatario veracruzano con dicha afirmación, es que la Fiscalía local no arma bien sus carpetas de investigación, y que las detenciones se llevan a cabo no por los delitos reales que cometen estos presuntos criminales, sino que manipulan el delito de ultrajes para poderlos encarcelar; un hecho aceptado torpemente por el mismo gobierno, que denota la incapacidad de las instituciones de gobierno en el estado.

Todo esto ha provocado una nueva y dura derrota a Cuitláhuac García, quien sigue abriendo frentes tanto locales como federales, de oposición y de su mismo partido; que de no corregir, le irán mermando su poder político para poder negociar su futuro ya no tan lejano.

Para que entiendan mejor y como les gusta el béisbol (o por lo menos hacen como que les gusta para quedar bien con el Presidente), ayer la SCJN le sacó otro strike al gobernador, quien ya está con la cuenta casi llena y a nada de ser ponchado; si esto pasa, no habrá de otra, más que traer a otro bateador.