Mientras algunos elementos de la derecha más rancia y reaccionaria de México “festejan” que el presidente de Estados Unidos haya abandonado el G7, para ir a preparar lo que podría ser un conflicto global con Irán, la presidenta de México aprovecha el tiempo para buscar estrechar lazos con otros actores internacionales relevantes.

El problema con personajes cómo Donald Trump, Benjamín Milekowsky, alias “Netanyahu”, Macron, Starmer, Zelenski y el resto de los “líderes” de “occidente” no son actores racionales. Y, debido a la coyuntura histórica en la que estamos, es en las manos de ellos en las que está el futuro de buena parte de la humanidad.

Este martes, Donald Trump publicó un delirante mensaje de Mike Huckabee exgobernador de Arkansas y fanático sionista evangélico, actual embajador de Estados Unidos en “Israel”.

En el mensaje, Huckabee señala que “Dios lo protegió en Butler, Pensilvania, para que usted sea el presidente más trascendental en un siglo—quizás de todos los tiempos. Las decisiones que recaen sobre usted no me gustaría que fueran tomadas por nadie más. Usted tiene muchas voces hablándole, Señor, pero solo UNA voz importa: SU voz. Yo soy su siervo designado en esta tierra y estoy a su disposición, pero no busco estar en su presencia con frecuencia porque confío en sus instintos”.

Mientras el toma y daca entre Israel e Irán, que respondió a una nueva agresión “preventiva” por parte del régimen sionista con una lluvia de misiles hipersónicos que terminaron por colapsar el mito de la “cúpula de hierro”, Trump le echa más leña al fuego de lo que podría desencadenar un intercambio nuclear “exigiendo” en redes sociales una “rendición incondicional” de la nación persa.

Repito, el gobierno de los Estados Unidos no está conformado por actores racionales. Tampoco son “amigos”, o “socios” de México, sino vecinos por la fuerza. Hay que actuar con extrema precaución y en consecuencia.