“La bipolaridad política de Adán”. Esa fue la columna de Jorge Zepeda Paterson publicada el pasado 24 de agosto en Milenio y en la edición mexicana de El País. Es muy bueno el diagnóstico que ahí se presenta acerca de los errores actuales y de los aciertos iniciales del titular de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. Sintetizo enseguida el razonamiento del periodista:

√ “Una de las reglas no escritas de la política mexicana reza que el titular de Gobernación, lo más parecido a una especie de jefatura política del gabinete, no se involucre en la sucesión presidencial”.

√ “La vigencia de esta regla no escrita obedece al propósito de que el operador de la política interna mantenga hasta el último instante su efectividad como correa de transmisión del presidente en funciones, al margen del futurismo y el reacomodo de las fuerzas políticas con la vista puesta en el siguiente sexenio”.

√ “Busca, además, mantener intacto un ‘fusible’ al servicio del presidente quien, ante una emergencia política, tiene la posibilidad de sacrificar al titular de Bucareli”.

√ Adán Augusto llegó a Gobernación porque Andrés Manuel decidió devolverle a esta dependencia su papel tradicional, algo que en su momento pareció una buena idea.

√ Con Adán se volvió a “institucionalizar el enorme poder que supone ser el negociador político del presidente”.

√ “En pocas semanas el nuevo secretario comenzó a cosechar éxitos en las tareas encomendadas desde palacio y lo siguió haciendo durante unos meses”.

Pero…

La designación de Adán Augusto López “como miembro de la corta lista de aspirantes a la candidatura presidencial paró en seco estos éxitos”.

√ “Para gobernadores de Morena, miembros del gabinete y en general actores políticos, ya no se trata del gestor del presidente, sino esencialmente de un adversario de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, sus dos poderosos rivales”.

√ La relación que cada político de Morena tenga con Claudia y Marcelo “define ahora su disposición o no de concederle un triunfo político a toda gestión del secretario candidato”.

√ “La necesidad de contrarrestar la ventaja del reconocimiento que gozan Claudia y Marcelo” ha llevado a los seguidores de Adán a “actos de campaña que afectan la legitimidad de las tareas institucionales”.

√ Para los gobernadores de Morena, por ejemplo, atender al secretario candidato puede ser incómodo por “ser rival del gallo con el cual se la están jugando”.

√ Ya los aliados de Adán Augusto cayeron en un exceso francamente condenable: “Seis funcionarios del gobierno de Tabasco y del congreso local fueron despedidos fulminantemente luego de asistir a una reunión de apoyo a Claudia Sheinbaum”.

√ “La precandidatura de un secretario de Gobernación es desafortunada”.

El gobernador de Puebla paró al secretario de Gobernación

Tan desafortunada y potencialmente generadora de divisiones en Morena ha sido la precandidatura de Adán Augusto, que ya anda peleando con el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa.

¿Era necesario que el secretario de Gobernación se metiera en la política interna poblana jugándole las contras al gobernador? Lo hizo y recibió de parte de Barbosa una sonoro descontón: el poblano le exigió al tabasqueño, con bastante energía, dejar de apoyar a un aspirante a la gubernatura, Ignacio Mier:

“Es evidente que el secretario de Gobernación (Adán Augusto) simpatiza con que Mier (Ignacio) sea el candidato a gobernador. También puede ser legítimo como forma de relación personal, pero no de un secretario de Gobernación. Desequilibra Puebla. Ese tipo de comportamientos desequilibran la política interior, y yo tengo que tomar una decisión al respecto”.

“Será el pueblo el que defina al que vaya a ser candidato o candidata a la gubernatura de Puebla y no el secretario de Gobernación. Así se los digo”.

Miguel Barbosa

De respetado y temido inclusive en la oposición, Adán Augusto López ha pasado a que lo vapuleen hasta quienes deberían ser sus aliados. Ojalá el presidente AMLO lo saque de esta bronca sin que sufra mayores daños. Porque don Adán ha quedado en una situación en la que de que pierde, pierde.

Y es que no es poca cosa que Barbosa le haya cantado el tiro. Si el titular de Gobernación responde al reto, quedará descalificado para seguir en un cargo en el que está obligado a ser conciliador. Pero si don Adán rehuye el enfrentamiento, exhibirá debilidad, lo que menos necesita alguien que teóricamente debería ser capaz de poder controlar a todo mundo en Morena.

Este round lo ganó Barbosa. Claro está, tiene Adán Augusto todo para recuperarse, en especial la confianza y el apoyo del presidente López Obrador, pero… deberá entender aquella vieja sentencia: “La fuerza que no va guiada por la prudencia, cae por su propio peso”.