El Estado de México ha ocupado durante años el primer lugar a nivel nacional en feminicidios y homicidios dolosos de mujeres, según el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En Naucalpan, entre 2015 y 2024, se registraron 238 homicidios violentos de mujeres, una cifra que nos duele y que nos exige actuar.

Desde 2015, Naucalpan está bajo Alerta de Violencia de Género, junto con otros 10 municipios. Sin embargo, en este mes que está por concluir, cuatro mujeres han desaparecido. Estos casos, que nos llenan de miedo y tristeza, tienen algo en común: todas son jóvenes, con edades entre 14 y 24 años. Sus nombres son Kimberly Hilary Moya González, Sofía Ollinyolistli Torres García, Dulce Estrella Antonio García y Ana Karen Garay Ruiz. No son solo nombres, son hijas, hermanas, amigas, vecinas.

Kimberly Hilary Moya González ha sido noticia en las últimas semanas, pues sus familiares y amigos no dejan de buscarla y desean que la pesadilla de no saber de ella acabe pronto. La joven fue vista por última vez el pasado 6 de octubre, cuando salió de su casa en la colonia San Rafael Chamapa para imprimir una tarea en un café internet. Simplemente desapareció y dejó a su madre, como ella misma ha dicho, muerta en vida.

Este caso, que sigue sin resolverse pese a que hay dos detenidos, nos muestra un patrón que nos estremece: mujeres y adolescentes están desapareciendo sin dejar rastro en Naucalpan, un lugar que debería ser su hogar, pero que se ha convertido en uno de los más peligrosos del país. Además, este lugar mexiquense, concentra algunos de los peores indicadores de violencia de género: feminicidios, desapariciones y agresiones en casa son una realidad que nos golpea a diario.

Naucalpan enfrenta también una dolorosa crisis de violencia en el hogar. Datos oficiales del portal de la Alerta de Violencia de Género del Estado de México nos dicen que, solo en abril de 2025, se denunciaron 268 delitos de violencia contra la mujer, incluyendo 111 casos de violencia familiar, 32 de violencia de pareja, 24 de lesiones, 5 de abuso sexual, 4 de acoso sexual y 2 de violación.

Las columnas más leídas de hoy

La violencia en el hogar es considerada el primer paso hacia el feminicidio, y aun así, muchas mujeres no denuncian por miedo, por dependencia económica o porque ya no confían en las instituciones.

Las colonias con mayor incidencia de estos delitos son San Lorenzo Totolinga, Las Huertas, México 86, Valle Dorado, El Molinito y Ciudad Satélite, lugares que conocemos y donde vivimos. El Instituto de las Mujeres Naucalpenses y la Igualdad Sustantiva (IMNIS) informó que, entre enero y agosto de 2025, atendió 2,262 casos de mujeres víctimas de violencia, casi un 200% más que en el mismo periodo del año anterior. En agosto de este año, la dependencia contabilizó 908 atenciones en un solo mes, frente a solo 85 en 2024. Esto nos muestra que la violencia está creciendo y que necesitamos hacer algo ya.

Buscan comisión federal contra la violencia de género

Los diputados de la LXII Legislatura del Estado de México acaban de dar un gran paso que, esperemos, no se quede en el tintero: aprobaron una iniciativa para crear una Comisión Legislativa Ordinaria que le siga la pista a las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres en la Cámara de Diputados federal.

Esta propuesta busca cambiar la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos y de ser aprobada en comisiones unidas, se votará en el Congreso estatal y, si todo sale bien, se enviará a la Cámara de Diputados federal.

¿El objetivo? Proteger los derechos de las mujeres y acabar con la violencia de género en todo el país.

La situación en Naucalpan es insostenible y nos exige unirnos y actuar. Necesitamos fortalecer las acciones de prevención, exigir una respuesta real de las instituciones y asegurar que las víctimas de violencia reciban el apoyo que necesitan para salir adelante. La desaparición de Kimberly Hilary Moya González y de tantas otras jóvenes es un llamado a la acción que no podemos ignorar. No podemos permitir que esto siga pasando.