A la progresión natural de la oposición mexicana, devenida en golpista, racista y clasista, también le podemos agregar el mote de todólogos.
Si ayer eran expertos en “democracia” y “organismos autónomos”, hoy son expertos en “bloques negros” y agricultura, mañana quizás nos den la sorpresa y opinen sobre astronomía o física cuántica.
Por lo pronto, carentes de propuestas, figuras propias con vista a los próximos años, la derecha ahora se pelea... Con el mundo de la farándula.
Es vergonzoso ver cómo la oposición lleva casi un par de semanas echando espuma por la boca porque la mexicana nacida en Tabasco, Fátima Bosch, resultó ganadora del certamen Miss Universo.
Aunque el tema belleza es muy subjetivo y debe analizarse seriamente si en este momento histórico este tipo de certámenes aún tienen razón de ser, ver granjas de bots en redes sociales y sitios de propaganda como Latinus metidos en teorías de conspiración de que ese fue un certamen comprado por el primo del vecino que trabaja en Pemex es de risa loca.
Entre la frivolidad y su afán de vendepatrias, así ahora también la oposición está muy molesta con la exitosa actriz y productora cinematográfica mexicana Salma Hayek, por el “crimen” de haberse tomado una fotografía con la presidenta Claudia Sheinbaum después de hablar de la posibilidad de brindar más apoyo a los cineastas mexicanos.
Nada les gusta, todo les molesta, por todo vociferan. Pero eso sí, no tienen propuesta alguna más allá de la violencia y el regreso al statu quo que existía con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Entonces si eran felices: con la privatización y remate de los recursos públicos de todos los mexicanos y la sumisión entera a los Estados Unidos.



