¿Cómo estarán las cosas al interior de Volaris? que -según me cuentan- un nutrido grupo de trabajadores están pensando seriamente en irse a trabajar a VivaAerobus. Ambas empresas comparten el mismo sindicato: el Sindicato de Trabajadores de la Industria Aeronáutica, Similares y Conexos de la República Mexicana (STIA), que no tiene muy buena fama en cuanto a la defensa de los derechos de sus agremiados, pero todo parece indicar que el movimiento se debe a que los trabajadores de Volaris ya están cansados de los abusos de la línea aérea comandada por Enrique Beltranena.

En redes sociales ha circulado un amplio escrito donde expresan su hartazgo por los tratos que reciben de la compañía aérea. Consta de siete cuartillas, mismas que procedo a resumir.

Abren con una frase sumamente poderosa; ”no me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos” frase atribuida al pastor y activista afroamericano Martin Luther King Jr.

Y es que los trabajadores de Volaris no se atreven a alzar la voz; pues como cualquier otra persona, temen que por manifestar se descontento pierdan su fuente de empleo; ya han visto a otros compañeros dejar el trabajo, pues en cuanto exigen sus derechos, la aerolínea no tarda en catalogarlos de “revoltosos” y termina por rescindirles su contrato, con la anuencia del corrupto sindicato STIA, que no meterá las manos para defender los derechos laborales de sus agremiados.

Uno de los puntos álgidos es precisamente el contrato, pues narran que al firmarlo apenas pudieron ver su nombre en este; desconocen la vigencia del mismo, si es un contrato de prueba o de tiempo indeterminado. Que el contrato de los becarios dura tres meses, y que si tienen esa condición fuera de base, reciben su pago de horas de vuelo extra y viáticos hasta 60 días después de volar. En pocas palabras, durante 60 días no deben comer, deben alimentarse del aire, la lluvia y el sol, como si fuesen plantitas.

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Y vamos al tema de los viáticos. A diferencia de otros trabajadores, que pueden establecer su hora de comida, en el caso de los tripulantes de cabina (sobrecargos y pilotos) sus alimentos no los pueden tomar a horas determinada; por ello el artículo 236 de la Ley Federal del Trabajo establece que los alimentos no se puedan tomar a bordo, sino que deben recibir en efectivo el monto de la comida, que previamente haya sido acordado entre empresa y tripulantes.

Sirva de ejemplo: cuando volaba en Mexicana de Aviación, la compañía nos daba viáticos para desayuno, comida o cena dependiendo si el vuelo abarcaba dichos horarios. Para más claridad, procedía recibir viáticos por desayuno si el vuelo iniciaba o terminaba antes de las 8:30 A.M.; esto es, si el vuelo salía o llegaba a las 8:31 de la mañana, ya no te correspondían viáticos de desayuno. La misma fórmula aplicaba para la comida y la cena. Además, dependiendo del destino se catalogaban las ciudades como alto costo, bajo costo, ciudades especiales, ciudades fronterizas, Estados Unidos y Centroamérica, Paris, Madrid, Caribe.

Y es que son muy frecuentes los casos en los que, aunque te dieran los viáticos en efectivo, si el horario de tus alimentos llega a medio vuelo, es obvio que no vas a darle una mordida al peso o al dólar.

Hay estudios que se hicieron para la elaboración de la Norma Oficial Mexicana NOM-117-SCT3-2016, que establece las especificaciones para la Gestión de la Fatiga en la tripulación de vuelo; uno de los factores que más nos afectan es la mala alimentación, ante la imposibilidad tomar alimentos siempre a las mismas horas.

La queja de los trabajadores de Volaris es que les entregan estos viáticos hasta 60 días después, con un monto aprobado unilateralmente por la empresa y sin haberlo consensuado con los trabajadores; se les entrega por medio de una tarjeta y no en efectivo, como lo marca la ley. En pocas palabras: Volaris se “jinetea” por espacio de dos meses los viáticos de los tripulantes, ¡claro!, con la venía de un sindicato charro como el STIA, que jamás dirá que “esta boca es mía”.

Comunicado de pilotos y tripulantes de la línea aérea Volaris

La afectación del ciclo o ritmo circadiano de los tripulantes no es cosa menor; estamos hablando de cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. Su alteración puede darse por un desfase de horario, por trabajar en turnos irregulares y de manera continua, y la aviación es así; hoy firmas a las 5:30 de la mañana porque a las 2:30 de la madrugada vas a hacer otro servicio. Dormir y despertarse a horas distintas es algo más que frecuente.

A eso sumamos que las horas de la jornada suelen excederse de lo establecido en la Ley Federal del Trabajo y en la Ley de Aviación civil, que marcan que son 8 horas de vuelo diario en jornada diurna, 7 horas en la nocturna, 7.5 horas en la jornada mixta, 30 horas durante 7 días consecutivos, 90 horas mensuales de vuelo efectivo y 180 horas mensuales de servicio.

Pero en los hechos los tripulantes en promedio vuelan de 14 a 16 horas diarias, con recesos mínimos de 10 a 12 horas. Lo cual es verdaderamente inhumano, y todo en aras de sacar la operación.

Otra de las grandes quejas de los empleados de Volaris, es que la empresa no acata lo dispuesto por el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo que obliga al patrón a:

“Proporcionar oportunamente a los trabajadores los útiles, instrumentos y materiales necesarios para la ejecución del trabajo, debiendo darlos de buena calidad, en buen estado y reponerlos tan luego como dejen de ser eficientes, siempre que aquéllos no se hayan comprometido a usar herramienta propia. El patrón no podrá exigir indemnización alguna por el desgaste natural que sufran los útiles, instrumentos y materiales de trabajo”

Artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo

A ellos les exigen que tengan teléfono celular con plan de internet, que tengan computadora personal en casa conectada al servicio de red, sin que la empresa proporcione equipo alguno o de algún pago para esos servicios. El trabajador está obligado a tener internet y computadora personal, incluso teléfono celular, sin que la empresa proporciones tales herramientas.

Hablemos ahora de las trabajadoras que son madres, y es que a pesar de que el artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo establece el periodo de lactancia hasta por un máximo de 6 meses, en el caso de pilotos y sobrecargos, por la naturaleza del trabajo es imposible tener “dos reposos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para alimentar a sus hijos, en lugar adecuado e higiénico que designe la empresa, o bien, cuando esto no sea posible, previo acuerdo con el patrón se reducirá en una hora su jornada de trabajo durante el período señalado”.

¿Qué es lo que piden? Que a las que son madres les asignen vuelos radiales (de ida y vuelta el mismo día) para que puedan llevar a cabo la lactancia con el tiempo mínimo que establece la OMS.

Son muchos más puntos, pero he resaltado los que creo medulares. Cierro con el cambio de base. En Volaris la base principal es Tijuana, hay trabajadores que llevan más de 3 años esperando su cambio, solamente dan 5 cambios de base dentro de un año calendario. Y es que se les engaña cuando son contratados, les dicen que a los 6 meses podrán esperar a hacer su cambio de base. Una de las razones que Volaris alega en su favor es que la base de Tijuana no hacen cambios porque nadie de las otras bases quiere irse a dicha ciudad fronteriza.

Convocatoria para pilotos de Volaris

Por supuesto que esto genera descontento y malestar, pues al ser tu base asignada, tu debes cubrir todos tus gastos de vivienda, transporte aunque no conozcas la ciudad, pero lo que ellos más resaltan es el discurso falaz con el que se manejan, haciéndoles promesas que saben que no van a cumplir.

Este año no recibieron reparto de utilidades, y que según me comentan los trabajadores, los únicos que sí lo recibieron fueron los altos administrativos. Un sindicato que no los defiende y una empresa que los explota al máximo, no genera un buen ambiente laboral, y desgraciadamente suele traspasarse a los usuarios que al final también se verán afectados.

Espero que Enrique Beltranena retome el curso y escuche a sus trabajadores, no al sindicato, una mafia familiar que no los representa. Es más, siguen sin saber lo que significa lo que es volar como tripulante. No es casualidad que desde antes del fin de semana pasado Volaris comenzó a publicar un reclutamiento masivo para el martes 16 de mayo para el puesto de copiloto. Una clara señal de que al interior de la empresa, las cosas están que arden.