María Victoria merece un estudio ella sola. Para comenzar, por su prolongada existencia vital y artística. De acuerdo a algún diccionario de música mexicana, actualmente tendría 108 años cumplidos, pues la hace nacer en 1917. De acuerdo a Wikipedia, tiene 102 y cumplirá 103 el próximo 26 de febrero. Y en tanto tiempo, no logró que la sala principal del Palacio de Bellas Artes abriera sus puertas para una presentación-homenaje; cosa que sí han alcanzado roncos o disfónicos como Mijares, Chavela Vargas, Alejandro Fernández, Joan Manuel Serrat… ¡Y hasta “la luz del mundo”, cómo no!, basta con el valedor apoyo de algunos funcionarios y “congresistas” bien parados en el gobierno; esta influencia perversa vale al parecer para todos los tiempos.

Cuando se propuso el homenaje a las autoridades, el recinto fue negado. Y según el relato de un familiar de la artista, funcionarios recientes buscaron la posibilidad de realizar el homenaje tan deseado, pero entonces fue ella quien lo rechazó, por lo “sentida” que está con Bellas Artes dada la negativa original.

[“Bien hecho”, de Donato Gil Flores, en la película, Por qué peca la mujer. 1952; René Cardona, dir.]:

Evidentemente, tanto en los casos de disfonía como en el de María Victoria, se trata, más que de una decisión artística o estética, de un asunto político; ni siquiera ideológico del todo. Quien está en el poder determina quién se presenta en el mayor recinto mexicano creado para las bellas artes, y quién no; otorga permisos o los niega. Siendo benignos, se trata de prejuicios contra una actriz y cantante del populacho. Prejuicio que a base de talento, influencias políticas y dinero, por el contrario, derribó Juan Gabriel.

Yo mismo dudé en incorporar a María Victoria en esta serie de cantantes sobre los que he venido indagando y exponiendo durante los dos últimos años (¡y que no logro terminar!); finalmente, había decidido incluirla junto con otra cantante, como he hecho últimamente, de dos en dos. Cantantes con cierto entrenamiento clásico o bajo la influencia de un espíritu de época que creó cierta homogeneidad técnica y estética en el canto entre los treintas y sesentas del siglo XX. María pertenece a los segundos; no obstante, su perfil y trayectoria merecen atención particular.

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[“Soy feliz”, versión de estudio, de Juan Bruno Tarraza]:

Como no muchas de las cantantes actrices aquí presentadas, María Victoria triunfó en todos los escenarios en que apareció progresivamente en el tiempo: carpa, teatro, cabaret, radio, disco, cine y televisión. Tuvo éxitos marcados en todos ellos y desarrolló un estilo muy personal como intérprete de boleros entallados en vestidos (e incluso pantalones) que despertaban algo más que el interés de la audiencia. Cuando en la carpa o el teatro cantaba su línea tan característica “Es que estoy tan enamorada”, del bolero “Soy feliz”, el desaceleramiento (rallentando) de la frase y la pequeña retención de la voz en la sílaba “taaan”, daba ocasión a que el público, el masculino en particular es de suponerse, gritara a coro “¡tan bueeenaaa!” (en Cuba le gritaban “¡asesina!”; y se entiende). Y bueno, así fue ese tiempo, ¿ya no sucede así ahora?

[“Todavía no me muero”, de Claudio Estrada Baez, en la película Mujeres de teatro (1951; René Cardona, dir.), bolero con un agradable interludio bailable en que Rosita Fornés y Roberto Cobo exhiben sus cualidades danzantes]:

Creo que la fuente más confiable para consultar la biografía y el historial de la carrera artística de María Victoria Gutiérrez Cervantes, “María Victoria”, es Wikipedia. El libro con base en entrevistas, María Victoria. El alma en el cuerpo (Documentación y Estudios de Mujeres, A.C.; 2012), de Beatriz Espejo, es una fuente autorreferencial, lo mismo que la entrevista concedida a Gustavo Adolfo Infante en 2021 o a Maxine Woodside, en 2022. En general, en todas las entrevistas que ha ofrecido reitera, acentuados con su buen humor, los puntos esenciales de su vida y su carrera, desde la infancia hasta el presente.

[También de Mujeres de teatro, María canta, de Juan Bruno Tarraza Montalvan, “Que bonito siento”]:

Lo que conquistó al público fue su estilo interpretativo, porque su voz era en realidad muy pequeña, frágil, poco desarrollada aunque sí impregnada del estilo de época que he argumentado en estas colaboraciones. Supo sacar provecho de sus debilidades vocales con su estética interpretativa tan personal, llena de pujiditos, afectaciones, suspiros, grititos, sonrisillas, guiños, falsetes, portamentos (arrastre de la voz entre una y otra nota), eso sí, siempre cantando con facilidad, buena dicción y bien afinada: sabía utilizar sus dos instrumentos, el vocal y el corporal, integrados en la interpretación como unidad.

Su estilo se acercaba a la gracia, sin ser gracioso del todo; a la sensualidad, sin ser abiertamente sensual; atrevido sin atreverse al extremo. Pero sí era frontal, sonriente, coqueto. Estilo reforzado, definitivamente, en las bien marcadas curvas, caderas, nalgas, piernas, el pecho firme y desnudo al igual que los hombros y la espalda baja enarcada; carnosidades resaltadas por prendas extremadamente entalladas, pero sin perder la elegancia ni el paso breve pero seguro.

[“Mil besos”, 1956, de la compositora Emma Elena Valdelamar]:

La carrera, el trabajo de María Victoria ha sido prolongado, arduo, mostrando talento en cada ámbito y etapa de su carrera. Filmó alrededor de 40 películas, realizó casi una veintena de series de tv y, entre álbumes de estudio y recopilaciones, acumula alrededor de 30 discos grabados.

[“Prohibido”, de 1956, autor no identificado]:

Los medios registran la más reciente aparición de la artista el 12 de diciembre de 2025 pasado, al interpretar, como desde hace muchos años, su canto a la virgen de Guadalupe. A María Victoria le han ofrecido cientos de homenajes por aquí y por allá, pero está enojada, ¿con el Instituto Nacional de Bellas Artes, la secretaría de Cultura o el Gobierno Federal? No sabemos, pero alguien no hizo antes ni ha hecho ahora su trabajo para celebrar a la artista.

¿Hay tiempo aún para que sea la sala principal antes que el lobby del Palacio el escenario para el reconocimiento? Como quiera que sea, el reconocimiento público lo tiene, porque supo ganarse el cariño de la audiencia. Y si se plantea en términos fílmico-televisivos, pasó de la ambiciosa vampiresa y devoradora Graciela del Mar en Del rancho a la televisión (1953; Ismael Rodríguez, dir.), a la inteligente, guapa y simpática Inocencia de la Concepción de Lourdes Escarabarzaleta de la Barquera y Dávalos Pandeada Derecha, del teatro, el cine y la televisión.

[María invita a todos a canta el coro de “Cuidadito”, del compositor dominicano, Mario de Jesús Báez]:

[Y de nuevo, “Soy feliz”, versión tardía en vivo, bajo la dirección del compositor de la pieza, Juan Bruno Tarraza, en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico; mayo 1991]:

María Victoria

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo