La designación de María José Ocampo Vázquez, hija de la excandidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, como presidenta del Supremo Tribunal de Justicia (STJ) de Aguascalientes, no ha sido del agrado de muchos, sobre todo de las figuras claves de Morena, por una sencilla razón: no obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones del Poder Judicial, celebradas el 1 de junio.

Recordemos que por primera vez en nuestro país se eligieron en las urnas a los representantes del Poder Judicial, precisamente para evitar “el dedazo” y el amiguismo, y por ende, para acabar con la corrupción.

Al respecto, el Tribunal informó sobre la decisión a través de un boletín, indicando que fue tomada por los nuevos magistrados en una reunión privada el 2 de septiembre. No se ofrecieron detalles adicionales sobre el proceso de selección. Fue una reunión a puerta cerrada, en lo oscurito, como los bandidos.

Por esta falta de transparencia en la designación de la hija de Vázquez Mota se han suscitado señalamientos sobre el uso de redes familiares y políticas para acceder a puestos de poder y sobre todo, se ha expresado la preocupación por el cumplimiento de la Constitución local y su posible subordinación a intereses partidistas.

Lo más grave: ha generado dudas sobre la credibilidad del Poder Judicial local.

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He leído acerca de la trayectoria de la abogada Ocampo Vázquez y es innegable que es una mujer con grandes logros académicos: egresada de la Universidad Iberoamericana con el título de licenciada en Derecho, posee una maestría en Derecho Internacional de la Fletcher School of Law and Diplomacy en Massachusetts, Estados Unidos, y un doctorado en Administración Pública de la Universidad Anáhuac.

Es una mujer talentosa y preparada… pero no ganó.

El artículo 51 de la Constitución de Aguascalientes establece que la presidencia del STJ debe recaer en la persona que haya obtenido la mayor cantidad de votos. En este contexto, Ocampo Vázquez obtuvo 82,949 sufragios, mientras que Felipe Ávila Orozco recibió el respaldo de 88,635 ciudadanos.

Luisa María Alcalde, líder nacional de Morena, de gira de trabajo el pasado viernes por tierras hidrocálidas, en breve entrevista con la prensa local cuestionó esta situación irregular, incluso la presidenta Sheinbaum, quien también estuvo en Aguascalientes, pidió que se cumpla la ley.

Por su parte el Observatorio Judicial del Estado de Aguascalientes (OJEA) manifestó su preocupación al respecto. En un comunicado señaló un posible “incumplimiento a un mandato constitucional”, argumentando que el pleno podría carecer de facultades para elegir a su presidente, ya que esta facultad recae en la ciudadanía. Para eso se hicieron las elecciones.

Y es que si las cosas no se aclaran, estaríamos hablando que en aquel estado la aplicación de la justicia podría ser inequitativa, sin acceso a todos, amañada. Eso no se vale.

En todo el país el pasado 1 de junio asistimos a una fiesta democrática, a una elección inédita, de la cual deberíamos estar orgullosos y orgullosas.

Es una pena que Aguascalientes, pequeño pero hermoso estado, siga siendo ese puntito azul en la geografía del país, donde los intereses de pocos se imponen a los de la mayoría. Se espera que el tema continúe generando discusión en los próximos días. Veremos qué pasa.