Después de su intento de romper el bloqueo del Estado sionista de Israel como parte de la Flotilla Global Sumud (Resiliencia) Sol González Eguía, Ernesto Ledesma Arronte, Arlín Medrano Guzmán, Carlos Pérez Osorio, Diego Vázquez Galindo y Laura Alejandra Vélez Ruiz Gaitán llegaron este miércoles al país en un vuelo procedente de Estambul, Turquía.
Más allá de la tranquilidad que sienten sus familias y millones de mexicanos que estuvieron al pendiente del destino de la flotilla, principalmente en redes sociales, ahora es cuando debe revisarse cuál es la relación que debe tener México con el gobierno sionista de Israel.
Existen, por supuesto, precedentes de rompimiento de relaciones con países que cometieron genocidios y con dictaduras en nuestra historia. México ha roto relaciones con la España de Franco, Chile de Pinochet y Nicaragua de Somoza, y más recientemente con Ecuador, por su violación de la soberanía de nuestra embajada.
Los reportes de tortura a los seis mexicanos que fueron parte de la flotilla y de los malos tratos a nuestro embajador en Israel, Mauricio Escanero, por parte de los representantes del gobierno sionista de Israel representan indudablemente un agravio suficiente cómo para considerar el rompimiento de relaciones con el país que ha cometido un genocidio de acuerdo con la definición de organizaciones como la ONU.
También deben considerarse otras medidas como suspender el tratado de libre comercio (con un intercambio comercial mínimo) que se tiene con ellos desde el gobierno de Ernesto Zedillo, la compra de armas y los intercambios académicos con la colonia sionista. Ya regresaron nuestros connacionales, no hay más pretextos.