Sucede que en estos últimos días hemos sido testigo más que nunca  de la violencia política de género hacia las mujeres en nuestro país.

Los hombres (no todos) cuando adquieren poder o cuando ya lo tienen piensan que también pueden ejercer el poder sobre las mujeres. De alguna manera se sienten con la facultad de manejar, controlar, manipular y abusar de ellas.

En ese sentido y en ese contexto, las mujeres se sienten frágiles, inmóviles y vulnerables ante el tamaño del poderío del hombre que las somete. No saben muchas veces cómo defenderse o se sienten indefensas de plano y no ejercen ninguna acción para protegerse.

Sin duda, creo que también esta situación se da en un contexto entre una mujer que tiene poder sobre algún hombre. Sabe que puede disponer de él y manipularlo y controlarlo de igual manera.

El dinero da poder. Eso lo sabemos todos. No en balde el refrán aquel que dice: “El que paga manda”. Es un refrán sencillo pero con un contexto profundo: “El que tiene el poder, manda”.

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El regaño y la gritoniza que recibió Xóchitl Gálvez por parte de Marko Cortés cuando ella decidió llamarle a Claudia Sheinbaum el día de las elecciones para felicitarla trascendió fuera de las paredes del war room de la panista.

Por tanto, Xóchitl Gálvez con toda valentía tuvo que contar en entrevista con Carlos Loret de Mola que, efectivamente, Marko Cortés la había regañado por haberle llamado a la nueva presidenta para felicitarla.

Espero que, después de ello, Xóchitl no quiera volver a estar nunca más bajo el yugo de un hombre que simplemente es un patán.

Marko Cortés ha venido rompiendo en pedazos el Partido Acción Nacional. Nadie lo quiere ni lo respeta como líder y ni así ha cedido el poder. Quiere todo para él. Y todo es todo. Quería la presidencia de este país. ¿Por qué tanto enojo contra Xóchitl? Esa es una manera de ejercer violencia pontifica de género y Xóchitl se está viendo demasiado débil y demasiado endeble al no demandar a Marko Cortés por ello.

Sería de gran poderío para todas las mujeres que han sufrido violencia políticos de género y violencia en general por parte de los hombres, que Xóchitl hubiera puesto una demanda... Ya estuvo bien de dejar pasar estas cosas.

El mensaje de la violencia de género empaña  este momento histórico en donde una mujer será presidenta de un país y  es: Un hombre con poder puede someter, insultar, violentar y abusar de una mujer. Y la mujer lo permite porque no sabe cómo salir de ello.

Otra  vez como Xóchitl, Claudia Sheinbaum se ha mostrado sumisa, sin posibilidad de defenderse, totalmente sometida e inmóvil ante el presidente que más allá que tenerle muchísimo cariño, la controla a través del poder que él sabe que tiene.

Ahí estaba aquel  hombre que se sabe y se siente poderoso y que por ser poderoso y con la excusa de que conoce a Claudia desde hace muchísimos años y la quiere mucho se cree con el derecho de una aproximación que no es para nada correcta y que además es totalmente innecesaria.

Y después con ese mismo poderío mal entendido, el presidente de México en una reciente mañanera,  le llamó la atención a una reportera de primera que se llama Dalila Escobar, ya que ésta osó llamarle a Claudia Sheinbaum como “Sheinbaum” y el presidente le dijo: “No, no es Sheinbaum, es la presidenta”.

Durante muchos años viví violencia económica sobre mi persona. El que pagaba mandaba sobre mí y yo no tenía mucha capacidad de maniobra. Me sentía frágil y vulnerable. Pensaba que tenía que aguantar porque de otro modo me quedaría en la absoluta carencia.

Haber vivido esto me lleva a enojarme mucho con estas mujeres a quienes hombres de poder maltratan y humillan.

Es muy duro sacudirse a esta clase de hombres que creen que por tener el poder pueden mandar, abusar y manipularnos, faltarnos incluso al respeto.

Pero veo tal silencio en Claudia y en Xóchitl que es aterrador.

Los morenistas dirán que Claudia así se lleva con el presidente, que todo es porque lo quiere mucho a él y él a ella. Nada justifica algo así.

De Xóchitl dirán que su silencio proviene de que es del PAN y no quiere romper filas con el partido después de la falta de respeto que ejerció Marko Cortés contra ella.

Pero Xóchitl con Loret de Mola aseguró que ella no era panista. Entonces de plano ya no entendí hacia donde se quiere mover en la política. Pero no debería de dejar pasar esto.

Y así vamos viendo cómo muchas mujeres agachan la cabeza ante hombres de poder.

Quién sabe qué les brinda el poder que creen que una mujer estará dispuesta para un beso, para una humillación o para un regaño.

Sin duda como dijo la ahora presidenta Claudia Sheinbaum: es tiempo de mujeres. Pues espero sea ella la primera en convencerse de ello y ponga límites. Necesitamos poner límites cuando nos agreden... Permitirlo es un horror.

Es cuanto.