Nada está escrito. Somos México, una agrupación política que pretende convertirse en partido, está en curso de cumplir con todas las exigencias impuestas por la ley electoral. Se trata de un grupo compuesto por mexicanos como Emilio Álvarez Icaza, Fernando Belaunzarán, Guadalupe Acosta Naranjo, entre otros.
Según se ha anunciado, y a juicio de Álvarez Icaza, Somos México será capaz de completar los requisitos necesarios para aparecer en la boleta electoral en las elecciones intermedias del año 2027.
Conviene destacar que la ley electoral mexicana es sobremanera estricta. Por lo tanto, la conformación de un partido político resulta una tarea ardua y exige denodados esfuerzos. El lector recordará el fracasado intento de México Libre, dirigido por Felipe Calderón y Margarita Zavala, que fue finalmente rechazado ante las insuficiencias demostradas en materia de cumplimiento de las obligaciones para su oficialización.
Sin embargo, el desafío de Somos México, si efectivamente alcanza el registro, será aún más complejo. Se enfrentará a un ambiente político riesgoso in extremis. Por un lado, deberá competir en un contexto marcado por la presencia de un partido hegemónico que no solamente ha capturado a las autoridades electorales y destruido las instituciones de transparencia, sino que pretende reformar la ley para mantenerse en el poder ante un eventual desencanto del electorado que ya no esté dispuesto a votarles.
Y por el otro, la nueva agrupación tiene que definirse. Suena fácil, pero no lo es. No basta hoy con presentarse como una opción contraria a Morena, sino que deberán presentar una plataforma ideológica que contraste con el oficialismo, pero que a la vez, se distancie de los postulados del PAN, PRI y MC.
¿Qué es Somos México? ¿Qué les diferencia de los otros? ¿Por qué merecerían contar con el voto y apoyo de los mexicanos? ¿O pretenden convertirse en un MC que en realidad poco ha contribuido a la nación?
Álvarez Icaza, hombre competente, articulado y comprometido con la democracia mexicana, no ha demostrado aún cómo su partido podrá primero marcar su distancia con el resto de los partidos de oposición, y luego cuál será su discurso para arrebatarle votos al oficialismo. Se espera que lo haga.
En suma, sí que debe celebrarse que mexicanos de valor hayan optado por tomar las riendas de un destino compartido e iniciar un proceso de creación de otra opción política. Sin embargo, deberán tener un instinto extraordinario para ser capaces de navegar en las aguas tormentosas de la política mexicana; en un ambiente marcado por el dominio corporativo y delincuencial de un partido hegemónico, pero a la vez, plantar cara frente a otros grupos de oposición que harán uso de todo su arsenal para mantenerse a salvo.


