Lo que pasó hace un par de días en el Congreso local de Querétaro, para elegir presidente de la Mesa Directiva, fue un síntoma de la decadencia que vive actualmente el PAN a nivel nacional.
Vimos la desesperación que invadió a los legisladores. Prácticamente, se borraron aquellos principios de sobriedad que, durante años, presumía Acción Nacional como una alternativa de cambio. Eso, que no es más que una fachada para ganarse el cariño de la población, ha quedado al descubierto como el verdadero rostro del panismo. Esa figura, para ser realistas, fue una quimera. Como sabemos, el PAN, desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari, ha negociado con el PRI. Por eso cada uno se fue desdibujando ante la población civil. Son lo mismo, pero con otras siglas. La dura realidad para ellos es esa.
Tal parece que el PAN, a estas alturas, no ha aprendido de los errores que ha cometido en los últimos años. Dicen salvaguardar la democracia participativa. En su momento, de hecho, defendieron al INE y, para colmo, luego lo señalaron. Fue impensable saber que ese instante de decadencia pasaría. Eso pasa y vuelve a suceder a diario. Basta ver los posicionamientos de Jorge Romero o Ricardo Anaya. No hay, por así decirlo, nada bueno que podamos rescatar. No son, de hecho, un contrapeso que haga por lo menos ruido. Se comprobó que, para colmo, utilizan las mismas estrategias para intentar persuadir a la población como en su momento lo hizo el PRI. A ellos, inclusive, le aprendieron las malas prácticas para irrumpir y sabotear un acto público.
Mientras se llevaba a cabo una elección interna, propiamente dicho, un legislador del PAN subió y arrebató las boletas en un acto desesperado. Eso, de hecho, se calificó como una coyuntura para romper la legalidad de un ejercicio que, a todas luces, va a ganar Morena.
El PAN, en estos últimos meses, ha dejado de ser una fuerza hegemónica en Querétaro. De cara a la elección para gobernador, del 2027, ya no figuran como amplios favoritos. Morena, aunque a muchos les cueste trabajo aceptarlo, ha cerrado la brecha. Al ver los mismos estudios, naturalmente, nos damos una perspectiva de que la ciudadanía, por interés colectivo, se inclina por el proceso de transformación que encabeza la presidenta constitucional. Quienes se encargan de medir el termómetro, que son evaluaciones demoscópicas, dan cuenta del momento crucial que nos da la certeza de que habrá alternancia.
Al exponer ante la opinión pública esa situación que pasó en el Congreso, claro está, el PAN pierde más credibilidad. No es que hagamos un ejercicio previo del escenario que viviremos en 2027; sin embargo, todas las encuestas indican el descenso del panismo.
Lo mismo sucede en Chihuahua. En esa entidad, de hecho, todo apunta a que será un hombre quien encabece los trabajos en la coordinación de la defensa del voto. Se habla del alcalde de Ciudad Juárez, que suena muy en alto para encabezar la candidatura. Lo cierto es que, con ello, también veremos un desenlace similar a lo que aconteció en Estado de México y Yucatán. Por esa sencilla razón, no sirve de nada la guerra sucia y las prácticas que son evidencias de robar urnas. Morena, es una realidad, competirá con lo mejor que tiene en sus filas para que, de una vez por todas, esos enclaves pasen a sus manos.
En el coro de la población, durante la visita de Claudia Sheinbaum a Querétaro y Chihuahua, pudimos atestiguar el fenómeno social que significa la imagen de la presidenta. Jugó de local, como dicen en los ambientes futbolísticos. Todos los reflectores se los robó ella. Entonces para la oposición, hacer lo que sea necesario, es técnicamente insuficiente para ganarse el cariño de la población. Más allá de lo inconvencible de lo que pasó en el Congreso local, y de la intransigencia de los diputados del PAN, no hay manera de poder penetrar en esa agenda que, de pies a cabeza, tiene dominada la jefa de Estado.
Por eso el PAN, ante la decadencia, se ha hecho merecedor de la derrota en esos enclaves. Es más, sabemos que los gobernadores de Querétaro y Chihuahua, de plano, son los principales promotores del voto en contra de Morena. Aun así, nada detendrá a la maquinaria guinda que se perfila a romper con la hegemonía, sobre todo ahora que el panismo, con mucha antelación, muestra signos de debilitamiento de las estructuras. Desde la perspectiva objetiva, está claro, es cuestión de meses para atestiguar una transición inminente, mucho más ahora que el PRIAN sigue subestimando el crecimiento de la coalición Sigamos Haciendo Historia.
Notas finales
México, ante los ojos del mundo, defendió la soberanía desde la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas. Nuestro territorio, de los tiempos de la cuarta transformación, ha dejado constancia que es un territorio con mucho potencial. No es producto de la casualidad que los mismos registros de inversiones, ante el crecimiento, muestran cifras históricas.
La nación, propiamente dicho, está en otras latitudes y, en el mejor de los casos, será una de las diez potencias mundiales, como tiene prevista la presidenta, Claudia Sheinbaum. Prueba de ello, desde las entidades federativas, es el aporte que está siendo la administración estatal de Guerrero.
Ese enclave, en efecto, se ha hecho sentir con mucha fuerza en el tianguis turístico que se lleva a cabo en China. Eso, evidentemente, fortalece los lazos de cooperación y, por ende, abre las puertas para futuros acuerdos comerciales. Desde así, dicen los que fueron, se presumió la belleza inigualable de playas como Acapulco e Ixtapa, lo mismo que la ciudad colonial de Taxco. Esto es, lo dijimos, el proceso de transformación.