La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene sobre su escritorio un buen número de controversias para resolver. Por un lado, se encuentra dictaminar la constitucionalidad de la Ley de la Austeridad Republicana (aquella que dispone la reducción de los salarios de los altos funcionarios y que ha sido motivo de inmumerables amparos) y la Ley de la Industria Eléctrica, promulgada por el presidente AMLO luego de su aprobación en el Congreso.

La voluntad del presidente AMLO y de los morenistas en el Congreso de promulgar una reforma eléctrica que prácticamente devuelve la rectoría a la Comisión Federal de Electricidad y que haga retroceder a nuestro país hacia la continua utilización de energías contaminantes podría verse materializada a través de dos vías: sea a través de la declaración de la constitucionalidad de la Ley de 2019 o mediante la reforma constitucional que se fragua en el Congreso.

Veamos. Si la Corte declara inconstitucional la ley de 2019, el presidente AMLO deberá jugar sus mejores bazas para alcanzar un acuerdo político con el PRI para lograr la reforma constitucional. Lo anterior deriva de la oposición cantada del PAN, PRD y MC de votar a favor de una reforma que creería un cuasi monopolio eléctrico del Estado (en este caso, de la CFE y de la Secretaría de Energía, encabezados por Manuel Bartlett y Rocío Nahle, respectivamente) y que provocaría, según estiman algunos, una pérdida de la confianza de los inversores; algo semejante, o incluso de consecuencias más profundas – en opinión de algunos analistas- que la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

¿Se sumará el PRI a Morena y sus aliados para la reforma constitucional en materia de energía eléctrica? Con valiosos 54 votos en la Cámara de Diputados para que la coalición alcance la mayoría calificada, el Revolucionario Institucional tiene la llave para una de las mayores transformaciones de la industria eléctrica. Sin embargo, Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, ha reiterado recientemente que su partido negará a AMLO los 54 votos si la propuesta de reforma permanece en su estado actual. En otras palabras, si se sigue la máxima lopezobradorista de “no moverle ni una coma”, y si Moreno y el PRI cumplen su palabra, no existirá reforma constitucional en reforma eléctrica.

En suma, la reforma eléctrica pende de un hilo. Por un lado, debemos esperar la resolución de la Corte, la cual deberá tener lugar dentro de los próximos días, y por el otro, esperar que el PRI no caiga en el chantaje político ejercido por el presidente y por el partido mayoritario: dos asuntos que pueden tambalear ante el menor movimiento y que pondrían en riesgo la seguridad del país en materia eléctrica.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4