Comencemos con subrayar que en la zona de la Tierra Caliente, que abarca en su mayor parte Michoacán, otra de Guerrero y una más pequeña del Estado de México, no puede haber políticos limpios de toda la inmundicia de esa zona poblada por alacranes, tanto arácnidos como bípedos; el que se crea eso, es más ingenuo que un niño de cuatro años. Las inercias en toda esa región son tan brutales y la violencia es ya tan parte de la vida cotidiana de toda esa zona infernal; hacen prácticamente imposible que candidatos a cualquier cargo lleguen a ganar sin el apoyo, decidido, del crimen organizado.
Ahora, circulan videos, varios inéditos con el malogrado Carlos Manzo, departiendo con personajes cuestionables, como, por decir lo menos, el legislador priista y exgobernador de Coahuila Rubén Moreira, el compadre del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, hoy preso por sus múltiples nexos con el crimen organizado (de ahí la masacre de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala), el famoso Jesús Martinez (de “Los Chichos” del PRD), acompañados por otro elemento nada bien ponderado, el informador Carlos Alazraki, allá en Uruapan, Michoacán.
Es cuestionable cómo un presidente municipal de unos pueblos perdidos en esa parte de México haya alcanzado ese inusual nivel de exposición en medios de comunicación nacionales.
Y es que circula una hipótesis/especulación en cuanto a que la oposición haya elaborado un entramado, finamente tejido, para tomar una bandera contra el oficialismo. Es demasiada la casualidad de la rapidez con la que los partidos de oposición se montaron para arrebatar la bandera de “el movimiento del sombrero”, usurpar e intentar mezclarlo con la “generación Z”, utilizando el mismo logo y bandera que se utilizó recientemente en Nepal, para acorralar a un gobierno abusivo.
No creo que tenga éxito esta movilización a nivel nacional, como sí a nivel regional; el sospechoso maletín que se mira en el citado video es el típico que se utiliza en nuestra “democracia” para pagar (al margen de la ley) todo lo que tenga que ver con el tema electoral.
La mecánica del “sospechosismo” bien fundado sería la siguiente:
- Elegir a un personaje del medio rural, sin la relevancia suficiente.
- Inflarlo hasta llevarlo a una categoría de “político impoluto, héroe nacional”.
- Infiltrar a su cuerpo de seguridad para facilitar el crimen.
- Elegir a un menor de edad con falsas promesas para llevar a cabo “el trabajo”. Obvio, sin hacerle saber que sería ultimado inmediatamente después de su felonía. (Borrar rastros en cuanto a autores intelectuales).
- Montarse en la tragedia con las más bajas intenciones.
¿A alguien podría parecerle descabellado ese supuesto, que ya corre entre la gente? Porque en lo que a mí corresponde, en lo absoluto.



