En su discurso del 18 de febrero, Lorenzo Córdova utilizó la metáfora de la escalera para ilustrar lo que desde su perspectiva ocurría con la democracia mexicana. Utilizaré la metáfora de la ola rosa para ilustrar los posibles efectos, beneficiarios y afectados de esta concentración.

La primero es conocer de qué  tipo de ola se trata. Hay varios tipos. Puede ser una ola de alberca, como la de El Rollo, si es de este tipo, no habrá consecuencias, será un simple juego; en cambio una ola fuerte como las de Puerto Escondido o Mazatlán, pueden agregar elementos importantes a la contienda, pero si se trata de un tsunami, una ola gigante que arrase con todo a su paso, todos saldrán revolcados y más de uno, principalmente el lastre, se irá al fondo. La ola del domingo en el Zócalo fue la tercera movilización en esta coyuntura electoral, de sectores sociales mayoritariamente clasemedieros. En esta composición social está su relevancia y también sus limitantes.

Los líderes de los partidos de oposición no se aguantaron las ganas de asistir, asomaron sus narices en el Zócalo, lo cual echó por tierra el supuesto carácter ciudadano de la concentración. Fue una marcha política sin emblemas partidistas.

Ni descalificar, ni minimizar, lo interesante es comprender lo que anima esta movilización política. Textualmente, la defensa de la democracia; políticamente, la oposición social al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El surf es un deporte acuático en el que se utiliza una tabla para deslizarse sobre una ola. Es un deporte extremo que requiere de habilidad, equilibrio y tenacidad. ¿Quiénes van a salir victoriosos de la ola rosa del Zócalo?

Si Xóchitl Gálvez  no se resbala y cae, como ya es su costumbre, la ola rosa podría darle impulso hasta mediados de marzo. Depende de sus habilidades y equilibrio; virtudes que hasta el momento no ha demostrado.

Santiago Taboada es el que tiene mayor chance de utilizar esta ola para llegar bien a la orilla. El candidato del PAN, hasta el momento no ha hecho nada excepcional. Parece que  Taboada sólo sabe nadar en la Alberca Olímpica de la Benito Juárez.

Hay muchos interesados en montarse en la ola rosa. Ahí está Alejandro Moreno y lo que queda del PRI, por mucho tiempo los revolucionarios institucionales se deslizaban con facilidad en cualquier ola, ahora prefieren pasar de la tabla priísta a la morenista o por lo menos a la del partido verde. Marko Cortés, con el PAN, tienen las mayores posibilidades de sacar provecho del impulso ciudadano. Jesús Zambrano se quiere subir a la ola, pero ni tabla tiene. Le dejaron muy pocas candidaturas al PRD, así que depende de que el PAN lo invite a subir a su tabla.

Morena hará lo propio con su ola guinda el próximo 1º de marzo, cuando Claudia Sheinbaum inicie su campaña presidencial y presente su propuesta de gobierno. El problema de la candidata de Morena es que se echó sobre sus espaldas bastante lastre en las candidaturas para diputados y alcaldes, particularmente en la Ciudad de México. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina?  La política es de bronce, de escaleras y de olas.

Onel Ortíz Fragoso en X: @onelortiz