cSolamente falta un mes, justamente un mes hoy 2 de mayo que escribo esta columna para que se den las votaciones más importantes e históricas que ha vivido este país. Sinceramente no pensé que tan pronto pudiéramos tener a una mujer como presidenta, pero nos llegó el tiempo a las mujeres. Es el tiempo de las mujeres y es vibrante estar viviendo este momento.

Sin embargo, de pronto veo y escucho al presidente en turno, López Obrador, vociferando, gritando y manoteando en su mañanera que pienso que es eterno.

Y claro, es que para el 2 de Junio no termina su andar por sus adoradas mañaneras.

Será hasta finales de septiembre, obviamente habiendo pasado una fecha que él la ha celebrado durante 6 años como si fueran sus eternos XV años, que es el Día de la Independencia,  y después, dice, dirá adiós.

Pero no será un adiós definitivo, de alguna manera se las va a arreglar, estoy segura, para seguir en el escenario. Él no puede vivir sin los reflectores, sin gente rodeándole como un famoso rockstar, simplemente no puede vivir sin sus mañaneras.

Me pregunto si le pasará lo mismo que a mi señor padre cuando se jubiló. Entró en una profunda depresión por no encontrarle otro sentido a su vida cuando dejó de trabajar.

Por eso los psicólogos siempre recomendamos en el contexto terapéutico a las personas de la tercera edad que planeen un retiro en donde tengan ocupaciones múltiples para que no caigan en este duelo por la jubilación.

Pero, regresando al tema del 2 de Junio, me da vueltas la cabeza. Por un lado ya sabemos cómo se da este proceso. Se empiezan a cantar los triunfos y cuando ni siquiera las casillas cierran... Todos se proclaman vencedores y empieza la confusión.

Pero tristemente veo venir épocas emocionalmente difíciles para los mexicanos, de mucha división y polarización.

Si Morena canta la victoria de su candidata Claudia Sheinbaum, un buen número de personas que no votaron por ella sentirán, tristeza, enojo, desilusión, rabia y hasta odio.

Lo mismo pasaría en un escenario en donde la Alianza PRI-PAN-PRD le diera la victoria a su candidata Xóchitl Gálvez.

Los morenistas se sentirían enojados, tristes, deprimidos, iracundos, probablemente decidieran tomar de nueva cuenta Paseo de la Reforma para manifestarse.

Pero eso me da tristeza pensar que pueda suceder y sí sucederá.

Tendrá mucho qué ver la manera en que aborden el fracaso cualquiera de las dos candidatas, en sus manos estaría poder calmar los ánimos caldeados de las personas.

Pero este 2 de junio será histórico porque creo que muchísima gente saldrá a votar, como nunca antes. Y eso ya convierte este día en un día histórico para México.

Mi hija, que tiene 17 años dice que ya podría votar porque alguien le dijo que meses antes de cumplir 18 podría hacerlo.

La verdad es que no. Todavía no puede votar porque cumple mayoría de edad en diciembre pero me alegra que tenga estas ganas y este ímpetu de salir a votar. Me platica que sus compañeros de grados más arriba que el de ella que ya cuentan con 18 años saldrán a votar.

Será un día histórico, uno de esos días en donde cívicamente tendremos que ser tan responsables que no podemos agendar cualquier otro plan para ese día, más que para ir a votar.

Hay que votar con inteligencia, con humildad, y sobre todo, sin miedo.

A muchos de nosotros ya nos ha golpeado bastante duro la vida y ahora tenemos que luchar porque nuestros hijos y las generaciones que vienen tengan un mejor país, con leyes más justas y políticos que en verdad amen lo que hacen y amen a la gente.

Nosotros, los ciudadanos también debemos de fomentar que exista un clima de paz en ese día. Y en los que vengan.

Los ciudadanos que no nos cegamos por ningún político sino que el amor que le tenemos a nuestro país nos impulse a crear un ambiente de solidaridad en torno nuestro. Porque después de votar mucha gente irá a desayunar quizá o a pasear y junto a ellos estarán los que votaron por el partido opositor.

Pero somos todos iguales. Hoy lo somos y el 2 de junio lo seremos y después de ese día.

Pero si no entramos en razón y utilizamos la cordura, mucha violencia se podrá percibir en el aire y no es eso lo que necesitamos.

Si pierde Xóchitl tendremos que apoyar a Claudia para que las cosas funcionen mejor. Pero no estoy tan segura si ella se dejaría ayudar por alguien más, por cualquier ciudadano común y corriente, no sé hasta donde sus fuerzas e integridad le den para separarse de lo que el presidente le ordene decir o hacer.

Si pierde Claudia tampoco se trata de celebrar su derrota. Finalmente, Claudia lleva un largo camino con un pesado equipaje para llegar a ser presidenta.

Una derrota así le dolería en el alma y la verdad es que tampoco me da el corazón como para alegrarme de la desdicha de otro.

Cómo me gustaría que estas dos mujeres estuvieran unidas, se voltearan a ver, se sonrieran. Se fundieran en un abrazo y empezaran juntas a escribir una nueva historia en los anaqueles de la historia de México.

Pero entre que una no mira a la otra y la otra le llama “la candidata de las mebtiras” personalmente me da para abajo.

Ojalá sean votaciones justas, equitativas y sin trampas. Ojalá los mexicanos nos comportemos a la altura.

Y si alguien tiene que pagar por algún delito cometido, que pague. Y si alguien merece ganar pero no como un premio personal, sino ganar para servir, que así sea.

México no es la copa mundial. Se gana las elecciones o se pierden.

Y el que gana gana para servir. Son servidores públicos. No se nos olvide recordárselos.

Vota este 2 de Junio. Falta un mes.

Es cuanto.