Lo más destacado estas dos semanas fue, sin lugar a duda, la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL), que en su edición número 39, Barcelona invitado, no España, nuevamente superó las expectativas para bien y para mal.

La FIL 2025 ofreció una imagen caleidoscópica de lo que puede ser una gran feria cultural: la mezcla de encuentros literarios, homenajes simbólicos, música, reflexión social, polémica política y aspiraciones institucionales. Con todo, el espacio no solo ofreció literatura, sino una convergencia de culturas, discursos, memorias e ideales, el sitio donde conviven lo artístico, lo intelectual y lo político.

La FIL, un espacio consolidado

El evento volvió a demostrar por qué es uno de los encuentros literarios más importantes del mundo. No solo por las anécdotas históricas, como aquel célebre olvido de los tres libros de Peña Nieto, y como dice Julio Patán, que “aguantó vara”, o por episodios desafortunados como el reciente abucheo a la secretaria Bárcena cuando citó a la presidenta Sheinbaum, sino por la vitalidad que aún es capaz de generar.

Entre los grandes personajes que desbordaron la asistencia y expectativa destaca Joan Manuel Serrat, cuya participación provocó una ola de entusiasmo masivo: el público que no pudo entrar a la sala exigía acceso con gritos de “¡puertas abiertas con Serrat!”. Su acto, emotivo y cargado de historia, incluyó reflexiones sobre migración, memoria y libertad y al final, un canto colectivo de “Cantares”, símbolo de su legado.

También sobresalió la presencia de Richard Gere, convocado para hablar sobre crisis climática y compromiso ambiental, que marcó un contraste interesante: del glamour internacional de la cultura, a los debates urgentes sobre nuestro presente.

Las columnas más leídas de hoy

Contrastes

Sin embargo, la atmósfera no siempre fue de aplausos. Uno de los episodios más tensos ocurrió durante la intervención de Alicia Bárcena, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quien participó como moderadora del foro de cambio climático y, al pretender usar el foro para hacer propaganda política, al mencionar a la presidenta Claudia Sheinbaum como ejemplo de liderazgo, desató sentimientos, hasta cierto punto reprimidos de los asistentes, que respondieron con prolongados abucheos y rechiflas, sorprendiendo incluso al propio Richard Gere.

El momento abrió una fisura en lo que se esperaba fuera un acto solemne sobre clima y responsabilidad global: se mezclaron demandas ciudadanas, desencanto político, y la reafirmación de la autonomía del espacio cultural frente a los elogios gubernamentales.

Otro de los negritos del arroz ocurrió por parte de la cuatroteista Sabina Berman. Se reportó que el economista y activista digital Arturo Herrera fue impedido de entrar al foro donde se efectuaba la presentación de la escritora Sabina Berman. Según relató Herrera, le negaron el acceso a pesar de tener acreditación, lo que ha dado pie a señalamientos sobre una supuesta censura por parte de poderosos invitados a la Feria, que con prepotencia consiguieron impedir el paso a uno de los acreditados únicamente por su supuesta posición crítica.

En contraparte a la participación de Alicia Bárcena o Sabina Berman, la presencia de otros personajes políticos dieron una gran aportación a la FIL y al público asistente, como fue el caso de la presidenta municipal de Mérida, Cecilia Patrón.

Las presentaciones de Cecilia Patrón Laviada, Ligia Urros, Ivabelle Arroyo, Xavier Velasco, Sandra Romandia y Laura Brugués ofrecieron una bocanada de aire fresco, con una energía que se sintió en cada sala. Sumado a la presencia de figuras como Richard Gere y Serrat, terminaron por dar forma a una feria más consciente y más orientada a la sustentabilidad y al impacto que trasciende, lejos de la narrativa y la propaganda política.

Vocación de futuro

La FIL también fue escenario de anuncios. En 2025 se formalizó la creación del Foro Iberoamericano de Universidades, que coordinó Ivabelle Arroyo con la participación de universidades como la de Sao Paolo, la de Buenos Aires, la de Guadalajara, la UNAM, la Universidad de Barcelona y la Complutense, que se unieron, como dijo Ivabelle “para hacer una especie entre claustros con intenciones políticas” para de manera conjunta, poder incidir en las políticas públicas. En otras palabras, un espacio de colaboración entre destacadas instituciones de educación superior de Iberoamérica unidas con el objetivo de articular una sola voz en torno a la educación, la investigación y la responsabilidad social universitaria.

Durante la ceremonia inaugural, la rectora de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Karla Planter Pérez, destacó que estas universidades, herederas de una tradición histórica, tienen una responsabilidad social: construir conocimiento, promover la equidad y fortalecer sociedades críticas.

Logística rebasada

Entre el brillo vino la sombra inevitable de la sobresaturación. La afluencia, especialmente estudiantil, rebasó lo razonable. Moverse era una odisea, el ruido una constante y la logística simplemente no daba para más. En algunos momentos, incluso Gere y Serrat debieron interrumpir sus participaciones por la presión del público que a pesar del tumulto exigía entrar.

La FIL seguirá siendo imprescindible. Pero si quiere conservar su esencia de diálogo, de escucha y de palabra, tendrá que afrontar su mayor reto: no morir de éxito. Esta edición desbordó todo: literatura, polémica y un público que ya no calla.

X: @diaz_manuel