Entre las muchas cosas importantes que la presidenta Claudia Sheinbaum compartió en su carta dirigida a Morena, se encuentran dos párrafos que reproduzco a continuación:
“2. Todos los militantes de Morena deben conducirse con honestidad, humildad y sencillez. La parafernalia del poder es del pasado de corrupción y privilegios, no de Morena. No caigamos nunca en la frivolidad, en el consumismo y la ambición por el poder y el dinero.
No es de nuestro Movimiento viajar en aviones o helicópteros privados, o tener como anhelo portar ropa de marca, o tratar mal a las personas, o andar con guardaespaldas y un séquito de camionetas para ir de un lado a otro, o comer en restaurantes caros”.
¿Van a entender esto personajes cómo Ricardo Monreal y su personero Pedro Haces, quienes parece que esperaron a qué el presidente López Obrador terminara su mandato para desempolvar el helicóptero?
Seguimos con otro punto de la carta:
“3. Las y los legisladores no deben andar en congresos internacionales, usando recursos públicos para viajar al extranjero a hacer turismo político. Solo se justifica en una situación especial para una tarea indispensable.
Nuestro deber es estar con la gente, en el territorio. Recordemos que Morena es el instrumento del pueblo de México. Morena debe ser luz de honestidad y ejemplo en la sociedad".
Ahí bien podría poner (literal y figuradamente) sus barbas a remojar cierto político que gusta de presumir sus viajes a Estados Unidos y Europa, además de viajes en primera clase. Y pensar que antes se decía que era vendedor de libros, cómo decían los clásicos: ¿cuál crisis?
Ahora, en el marco del polémico nombramiento de Adrián Ruvalcaba cómo director del Metro de la CDMX, no queda más que preguntarse ¿van a entender y respetar la carta y los lineamientos de la presidenta?