En efecto, las erráticas políticas arancelarias del ente naranja que despacha desde la Casa Blanca, o más bien desde el campo de golf (Mar-A-Lago) en Palm Beach, Florida comienzan a causar estragos claros y contundentes. En verdad, yo no puedo creer cómo hay gente que “ama” culpar a la 4T y a Claudia Sheinbaum, de todos los males, y no se percatan del desastre que está haciendo la administración estadounidense.
Hoy hablaré de la carga aérea en la región de Latinoamérica, que tuvo un pequeño crecimiento del 2.2%, frente a lo que reflejó en julio, ¡pero de 2024!, y dejando claro que Brasil encabeza la lista, pues transportó poco más de 75 mil toneladas, un 0.8% más, y aunque es un crecimiento muy discreto, el resto de la región registró una desaceleración de 0.4 puntos porcentuales.
Brasil va al frente respecto a la carga entre este país y el continente europeo, y dentro del mercado de la carga internacional, ellos representan cerca del 35 por ciento. Ese rubro obtuvo un incremento del 0.6% interanual. Y el país carioca, con quien más “intercambio” de mercancías tuvo fue con España; aquí si pudimos ver un crecimiento por demás interesante del 26%, y las importaciones al país de la samba y la feijoada aumentaron en un 47% interanual.
¿Qué productos fueron los que más se destacaron entre ambas naciones? Comencemos por productos farmacéuticos, en incremento del 93%, plásticos, seguido de los productos químicos “orgánicos” los cuales crecieron en un 175%, le siguen los plásticos con 414%, y quien encabeza las mayores importaciones vía aérea fueron el acero y el hierro, que aumentaron en un 679%.
El mercado de transporte aéreo, después de Brasil, es Colombia, con un discreto 0.5%, aunque tuvo una caída interanual del 2.3%, ya que las exportaciones a Estados Unidos disminuyeron en un 9.1% interanual. ¿Qué fue lo que dejaron de exportarle a los gringos? Pues el mercado de la tilapia, ya fuera congelada o fresca sufrió un verdadero desplome del -53%; y el segundo mercado afectado fueron las flores frescas (utilizadas para la elaboración de ramos y arreglos florales), que registraron un -24% interanual. En cambio las importaciones desde Estados Unidos a Colombia crecieron un 15.1% interanual.
En tercer lugar, está nuestro país que en el mes de julio movió 56.7 mil toneladas, lo que representa un crecimiento del 1.2% interanual. Con Estados Unidos se tuvo un mayor incremento del flujo de mercancías del vecino país al nuestro de 12.2% puntos porcentuales; en cambio el transporte de mercancías de nuestro país al del vecino solamente creció en un 3.4%; ¡ah, pero eso sí!, según ellos les hacemos “competencia desleal”, ¡por favor!, que se los crea quien no los conoce.
Argentina y Panamá representan para la región de Latinoamérica, alrededor del 10% del total de la carga aérea. Panamá transportó 20.6 mil toneladas, un 21% y para hablar del caso argentino no podemos olvidar que Milei es un tapete de Donald Trump, ellos crecieron en carga internacional en importaciones un 27% y en las exportaciones un 19 por ciento.
Con esta pequeña muestra queda claro que depende mucho de qué lado se ponga el país. Si son súbditos de los norteamericanos, tendrán grandes crecimientos en cuanto a transporte de carga, pero si eres un país soberano, el trato es completamente distinto, y evidentemente a la administración de Donald Trump no le importa afectarles.
En Chile también se observó una caída en la carga aérea internacional del -10.5% con Estados Unidos. Ecuador apenas alcanzó un crecimiento del 0.03% interanual, y Perú sí creció un 13 por ciento. Costa Rica tuvo un aumento interanual del 27.4% transportando 9.8 mil toneladas. Por su parte El Salvador transportó 3.4 mil toneladas, y creció un 8.3 por ciento.

Al respecto Peter Cerdá, CEO de ALTA, expresó a través de un comunicado:
“Los resultados de julio muestran que la carga aérea en América Latina y el Caribe mantiene crecimiento, aunque a un ritmo menor que en meses anteriores. La incertidumbre arancelaria seguirá siendo un factor clave en los próximos meses, y es fundamental que la región cuente con condiciones estables que permitan a las aerolíneas capitalizar plenamente la demanda global”.
Siendo honestos, cómo vamos a tener “condiciones estables” si Trump nada más anda viendo que más incendia. Ojalá que muchos de los que por todo critican a Claudia Sheinbaum se dieran una vueltita por esta columna, y por los datos oficiales de la Latin American & Caribbean Air Transport Association (ALTA en español) para observar quién en verdad es “el villano reventón” de esta película.
La ralentización se debe a que Trump un día dice una cosa, luego se arrepiente y cambia; no se sabe qué es lo que realmente quiere, o más bien, no es claro con sus pretensiones, juega al “sí pero no” y eso, por lo menos para la industria aeronáutica, es sumamente desgastante y perjudicial.
Quiero cerrar esta columna con este ejemplo: tanto estuvo “jorobando” Trump con el cuento de la competencia desleal que le hacía la alianza entre Delta y Aeroméxico, para que ahora American Airlines, una de las principales quejosas que demandaba la terminación del Joint Venture, acaba de anunciar la cancelación de 145 vuelos entre los Estados Unidos y México, el Reino Unido y otros países, en Europa.
Argumentan que es consecuencia del ciberataque del que ya hablé en este espacio, sin embargo, ha trascendido que no solo están cancelando los vuelos afectados por este hackeo, sino que también tienen problemas de falta de personal. Y la verdad, no me sorprende en lo absoluto.