Hay razones —hechos— para especular con una elevada dosis de objetividad que el gobierno español, presidido por Pedro Sánchez, organizó las protestas que impidieron el final de la Vuelta Ciclista a España en Madrid.
Hechos:
1.- Las manifestaciones contra el equipo llamado Israel Premier Tech comenzaron de manera espontánea, pacífica y legítima en las primeras etapas de la Vuelta.
2.- Sus organizadores dijeron que no podían castigar ni eliminar al equipo de Israel debido a que ninguna asociación deportiva había impuesto sanciones y, el equipo de ciclistas había ganado su lugar en la competencia.
3.- La ministra de Juventud de España, Sara Rigo criticó al director de la Vuelta, Javier Guillén por “calificar como actos de violencia las protestas pacíficas” contra el equipo israelí y le “pidió reconsiderar” la participación de este en la competencia.
4.- Esto aceleró las protestas. Después, José Manuel Albares, ministro de Relaciones Exteriores se declaró “partidario” de expulsar al equipo israelí de la Vuelta, lo cual dio combustible a las protestas que crecieron en número y tono, pues además de enfrentamientos, arrestos y un ciclista español lesionado, se tuvieron que recortar un par de etapas de la Vuelta.
5.- En este contexto, Pedro Sánchez decretó el 11 de septiembre un paquete de sanciones contra Israel que Benjamín Netanyahu asumió como “una flagrante amenaza genocida” contra su país, pues el presidente del gobierno español afirmó que España no podía frenar la ofensiva sobre Gaza porque ”no tiene bombas nucleares”.
6.- Ayer, en “la etapa reina” de la Vuelta, los ciclistas de nueva cuenta se enfrentaron a las protestas que intentaron bloquear su paso. En ellas, participaron dos exministras, militantes del partido Podemos. Pero, haciendo gala de audacia, los ciclistas “les sacaron la vuelta” faltando 18 kilómetros de recorrido.
7.- Este domingo 14 de septiembre, la Vuelta a España iba a cumplir su etapa final cubriendo 111.6 kilómetros entre Valdeolmos y Madrid. Pero por disturbios en la ciudad fue cancelada. Todo ello después de un mitin encabezado en Málaga por Pedro Sánchez, quien —según el periódico El País— mostró su “apoyo y ‘admiración’ a los participantes en las protestas convocadas contra el genocidio en Palestina y contra la presencia del equipo Israel Premier Tech”, enfatizando que “España brilla como ejemplo y con orgullo. Da un paso al frente en la defensa de los derechos humanos. Nos ponemos de acuerdo en una causa justa, como son los derechos humanos. ¡Viva el pueblo español!”.
Ante los hechos no es difícil ver que Pedro Sánchez alentó las protestas y “destruyó” el final de la Vuelta a España para intentar ocultar las repetidas acusaciones sobre actos de corrupción en su gobierno, los cuales incluso han involucrado en investigaciones a su esposa Begoña Gómez.
Posdata 1: Al margen de todos estos hechos, la Vuelta a España fue una gran competencia en la que el nivel de los ciclistas quedó fuera de toda duda. Se vieron muy fuertes Jonas Vingegaard, João Almeida y, en especial, Matthew Riccitello, reconocido como el mejor competidor joven, y sí, del equipo Israel Premier Tech.
Posdata 2: Ante los acontecimientos, las sanciones de parte de Israel a España pueden ser económicas y de todo tipo. Sin mencionar que la Unión Ciclista Internacional (por sus siglas en inglés, UCI), como el rector mundial del ciclismo podría quitarle la vuelta de tres semanas a los españoles para que la organice cualquier otro país, como Suiza, Alemania, Austria o una nación escandinava, e incluso Estados Unidos, que podría ser la sede de la tercera gran competencia ciclista.
Posdata 3: Televisión Española (RTVE) cubrió en vivo la Vuelta. Lo mejor de la transmisión fue el reiterado comentario de Pedro ‘Perico’ Delgado, excampeón del Tour de Francia, quien en todo momento criticó las protestas violentas. Lo acosarán en redes sociales, los fanáticos españoles antisemitas utilizados por el presidente Sánchez como distractores. Todo se vale para buscar que se deje de hablar de la corrupción de un gobernante. Me pregunto si estamos ante una versión deportiva y muy moderna de la cola del perro de Alcibíades que sirvió a este corrupto ateniense para que se dejara de hablar de sus raterías. ¿Será el caso de don Pedro?