La mañana del nueve de febrero AMLO amaneció preocupado, enojado y retador, por dos temas que lo mantienen muy inquieto.

Primero, el reportaje del periodista Carlos Loret sobre con datos que señalan aspectos privados de la vida de su hijo en Houston.

Segundo, la presión por parte de una buena parte de la sociedad mexicana, de micros, pequeños y grandes empresarios y de aliados y socios comerciales como Estados Unidos, Canadá y los países de la Unión Europea, por su necedad de impulsar una reforma eléctrica completamente retrógrada y negativa para el desarrollo económico del país.

¿Qué le molesta?

Con lo del escándalo de Houston, no le encuentra la cuadratura al círculo, quizá por ello, después de semanas de que se publicó el reportaje de Latinus, salió a, supuestamente, ofrecer una explicación y deslinde junto con el director de Pemex, Octavio Romero, y señaló que no existe conflicto de interés entre su nuera y Pemex y que solamente “se hizo todo un escándalo de José Ramón, mi hijo, y su esposa, toda una calumnia, todo un escándalo sin fundamentos”.

Señaló a los periodistas al asumir que responden a los intereses de sus adversarios y, aunque Ana Elizabeth García Vilchis salió a confirmar que su hijo habitó la casa del funcionario de la empresa petrolera, lo de la Casa Blanca de Peña fue peor: en el tema de la casa de Houston, Texas, donde vivió el hijo del presidente López Obrador, no existe conflicto de interés, como sí lo hubo en el asunto de La Casa Blanca y Enrique Peña Nieto, dijo.

Por su parte, Octavio Romero aseguró que los contratos no fueron asignación directa sino por licitación: “participaron seis empresas, de las cuales dos presentaron una oferta para proveer dichos bienes, en este caso se trataba de bombas electrocentrífugas”.

Pero, para acabarla de amolar y destruir el discurso de su jefe, agregó que a Baker no se le dieron ampliaciones de contratos por más de 100 millones de dólares, sino de órdenes de servicio previstos en los acuerdos referenciales y que están permitidos por la ley.

¿Declaración de guerra política?

Sin embargo, AMLO envalentonado, desde su “cuerpeado” por sus lores moléculas, se lanzó contra el gobierno de EU al sugerir que de ahí sale la información en contra de su hijo, y afirmó que le recordaría al embajador Salazar por qué el gobierno de Estados Unidos apoya a la agrupación de Claudio X. González.

Luego supo que el enviado especial para el cambio climático de EU, John Kerry, en una conferencia de prensa conjunta con el canciller Marcelo Ebrard, señaló que su país hacía un llamado a México para que el mercado energético sea abierto y competitivo. Su vocero y apuntador, Jesús Ramírez, ya había preparado a uno de sus reporteros para que preguntara acerca de las declaraciones del embajador Ken Salazar, quien habría criticado la reforma eléctrica por considerar que impulsa tecnologías sucias, anticuadas, caras y con un impacto negativo para los consumidores y la economía.

Entonces AMLO aprovechó para ir con todo y sugerir la corrupción del gobierno y empresas estadounidenses al asegurar que anteriormente eran una bola de corruptos que actuaban en contubernio al señalar que son unos tramposos y fraudulentos: “el recibir energía más barata que una corporación, ya sea comercial o industrial, reciba energía más barata porque supuestamente la produce cuando no es cierto, que sea auto abasto, pues es un fraude, y no puede ser justo que paguen por esa maniobra tramposa menos por la luz que lo que pagan las familias mexicanas. Entonces, eso en Estados Unidos, en Europa, en China, en Rusia, en cualquier lugar pues es un fraude y nosotros no protegemos la corrupción”.

Y para que no quedará duda, luego de su acusación de financiar a Mexicanos contra la Corrupción, también atacó a la prensa de Estados Unidos: los defraudadores son bandas de delincuentes, sólo que de cuello blanco, que no pierden ni su respetabilidad, pero son reverendos ladrones y tienen muchas influencias, manejan periódicos, pero no periódicos de poco tiraje, no, tienen influencia en el New York Times, en el Wall Street Journal y salen notas en defensa de estos actos de corrupción.

También habló sobre los congresistas estadounidenses, dijo, nos ven como si fuésemos colonia y siempre están en contra.

Afortunadamente ya de frente con Kerry, se vio más tranquilo y se alcanzó un acuerdo para la conformación de un grupo de trabajo para potenciar la producción de energías limpias. Al respecto, el canciller Ebrard consideró que la gran preocupación de Kerry es acelerar la transición hacia las energías limpias.

Una pausa

AMLO se maneja por los dichos populares, luego de toda esta retahíla de acusaciones en contra de los gringos, mandó un mensaje final con un “te lo digo Juan para que lo entiendas Pedro”.

Afirmó que ahora no tiene una buena relación con las empresas españolas y propuso hacer “una pausa en las relaciones”, porque según él, era un contubernio arriba, una promiscuidad económica-política en la cúpula de los gobiernos de México y de España, como de tres sexenios seguidos y México llevaba la peor parte, lo saqueaban.

Queda esperar a que no traicione los acuerdos alcanzados, como lo hizo después de la reunión de Alto nivel de noviembre y, sobre todo, que no anteponga la defensa de su hijo al interés nacional.