El pasado fin de semana, con un escenario abarrotado, Claudia Sheinbaum dio un paso importante para reafirmar el respaldo del pueblo de México. Puedo resumir que fue, de toda la gestión de la presidenta constitucional, una de sus mejores semanas al frente de los trabajos institucionales de la nación. De entrada, actuó con firmeza al responder a la guerra sucia que propagó la derecha. Lo hizo, sin lugar a dudas, contrarrestando el efecto con una concentración masiva que fue vibrante y espectacular. El corredor de la Torre Latinoamericana, que llega hasta el Zócalo de la Ciudad de México, por ejemplo, lució imponente. Para sorpresa de los grupos conservadores, la misma población civil respondió a las preguntas tendenciosas de la prensa conservadora. Los mismos transeúntes, a pregunta expresa, contestaban que, por su propia voluntad y responsabilidad social de defender la soberanía y la gobernabilidad, se daban cita para cobijar a Sheinbaum.
No hubo ni encapuchados ni grupos que se infiltraron para robustecer la marcha. Todas las avenidas, que al final desembocan en la plancha del Zócalo, lucieron repletas. Bailes, populares y consignas a favor de la presidenta fueron elementos que presenciamos durante el paso. Los jóvenes, una de las brigadas de avanzada más nutrida, mostraron su apoyo al gobierno de la 4T. El punto es que, ante el llamado de unidad de la jefa de Estado, ha quedado claro que, por encima de cualquier coyuntura golpista, hay una base social que está a favor del progreso social que reina en el país. De hecho, conocimos algunos detalles de los asistentes y las cifras que se contabilizaron en un estimado. Se informó, en efecto, que un número específico de hombres y mujeres, que se apostaron en el corazón de la ciudad de México para entregar su cariño a una mujer de compromisos, cerraron filas con Sheinbaum.
Todo eso, que fue vibrante, vino acompañado de un mensaje. El contenido o la esencia de la proclama, en definitiva, es mantener el espíritu de unidad que hemos mostrado a lo largo de estos siete años continuos. Quienes fueron afortunados de estar de cerca de la presidenta, sin duda, pudieron describir que, a flor de piel, vivieron un marco de esta magnitud. De hecho, no se presentó ninguna situación que pudiéramos calificar como acarreo. Se demostró que, efectivamente, hay organización y planeación, pese a la desinformación de órganos de comunicación como la televisora de Ricardo Salinas, que calificó el hecho como un acarreo. Es más, ni siquiera la maquinación de los hechos impidió que Claudia, a los cuatro vientos, difundiera salvaguardar y defender a la patria.
Claudia Sheinbaum, de hecho, nos ha demostrado que la función de presidenta de la República no se limita únicamente a despachar en Palacio Nacional, sino a salir a territorio. En lo que va de su administración se han contabilizado una cantidad numerosa de giras. Ha recorrido, sin exagerar, dos veces todo el territorio nacional ya con la estafeta de jefa de Estado. Por eso el movimiento sigue ganando terreno. La Cuarta Transformación es, ni más ni menos, una columna social que, con esa participación activa, ha detectado las grandes necesidades de la gente. A las propias pruebas de los hechos nos sujetamos para fundamentar que, por mucho, el gobierno de Sheinbaum es humanista y empático. La propia gestión, que ha respondido con acciones, puede presumir que más de 13 millones de mexicanos salieron de la pobreza. Al igual, aunque a la oposición le irrite, el salario mínimo tendrá un crecimiento sustancial que allanará el camino para mejorar la calidad de vida.
Precisamente esa labor de territorio, que realiza muy bien la presidenta a lo largo y ancho del país, le ha permitido detectar las causas que todavía aquejan a la gente. Por eso hay cambios constantes. La Secretaría de Bienestar, uno de los grandes motores de este proyecto, ha focalizado un número de acciones que tienen que ver con el desarrollo óptimo. Hablamos de atención médica y suministros de medicamentos a través de las Farmacias, que muy pronto podrán operar con servicios gratuitos. De hecho, el gobierno de Sheinbaum, está claro, se adapta perfectamente a las solicitudes de los diversos sectores. De ese modo, se ha incrementado el número de obras e infraestructura, lo mismo que el mejoramiento al sistema de educación. Ha seguido adelante con la apertura de más universidades, especialmente con mucha más determinación con la ampliación de un esquema de becas de apoyo y asistencia no solo en educación básica, sino media superior y superior. Ese trabajo conjunto, a la postre, es la piedra angular de esta nueva etapa de innovación y tecnología a la que, de manera rápida, nos hemos adaptado a la perfección. Apostar a la ciencia, por razones lógicas, también nos ha permitido que el mundo gire la mirada. Sigo insistiendo que el STS Forum, que además fue una vitrina para que las empresas se inclinen a favor del quehacer que venimos realizando, es uno de esos marcos internacionales que ha posibilitado entrar el universo de las oportunidades.
A comienzos del año 2026, que siempre hay retos por cumplir, Claudia Sheinbaum ha fijado una agenda de prioridades. En virtud del encuentro cara a cara con el presidente de los Estados Unidos, sobra decir que es una buena señal de que, haciendo uso del diálogo y la flexibilidad, se pueden alcanzar acuerdos al más alto nivel. Se firmará un nuevo tratado comercial tripartito al que nos comprometemos a cumplir al pie de la letra como ha sido una costumbre. Será, de hecho, un resultado positivo que podemos ir anticipando. La postura que han ido adoptando los funcionarios de EU y Canadá, en sí, nos da una lectura muy amplia de que los cimientos, que se han trabajado arduamente durante todo este año, serán la punta de lanza para lograr un acuerdo histórico en el T-MEC. Es conveniente decirlo, sobre todo ahora que Sheinbaum ha dado un paso fundamental al reunirse con Donald Trump.
Claramente, estamos en la antesala de que eso suceda, pero, de igual manera, vivimos el último tramo del ejercicio 2025. El sábado, que quedará grabado para la posteridad, ratificamos la enorme legitimidad que tiene el proyecto de la Cuarta Transformación.
Notas finales
Quien también movilizó una cantidad importante de asistentes y figuras de peso de la cuarta transformación, fue el gobernador constitucional de Chiapas, Eduardo Ramírez. Él, exactamente hace un año, tomaba protesta como jefe del ejecutivo estatal. Fue, de hecho, una de esas elecciones que rompieron todos los pronósticos. Promedió cerca del 80% de los votos totales. Las mismas encuestas, que presagiaba una victoria contundente, se quedaron cortas con la oleada de respaldo que tuvo en las urnas. Con ese apoyo, inmenso, por cierto, los desafíos que encaró el mandatario fueron mayúsculos. Se puede decir que con él, en definitiva, comenzó el auténtico proceso de transformación. El sur, como nunca antes, vive momentos de cambios por los compromisos que fueron pactados en tiempos de campaña. Uno de ellos, que a la postre será la piedra angular del desarrollo, es la apuesta de la Universidad Rosario Castellanos, que opera con muchos centros de enseñanza y aprendizaje. Podemos añadir, de igual forma, que la lucha por la pacificación, con mecanismos sofisticados, ha sido otro de los elementos que han respondido al llamado, sobre todo en el tema de violencia en materia de género.


