El discurso es una cosa, pero los hechos son otra. Esa realidad de la que hablamos, que es preocupante para el PAN, sigue perdiendo terreno ante la consagración de una izquierda que, pese a los ataques sistemáticos de la oposición, no se doblega ni se achica. Es más, vemos un movimiento sólido que ha decidido recorrer el país para fortalecer las estructuras. Los recorridos de Luisa María Alcalde, a lo largo y ancho del país, son precisamente para afinar la maquinaria. Los propios estudios de evaluación, que atinaron en la elección presidencial, anticipan un tsunami de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Por eso vemos con total descaro la hostilidad que esgrime el conservadurismo en complicidad con muchos medios de comunicación.
La mala noticia para el PAN, así lo demuestran las encuestas, es que no tienen nada amarrado para el proceso democrático que habrá de celebrarse en junio del 2027. Chihuahua, por ejemplo, técnicamente lo tienen perdido. Estoy completamente seguro que, en esa tesitura, Morena se perfila a ganar Querétaro. De hecho, estamos al tanto que la dirigencia nacional, que encabeza Jorge Romero, tiene números en las manos que no le favorecen. Saben del ascenso de Nieto Castillo, y del crecimiento de las estructuras por ese trabajo de avanzada que viene empujando fuerte. Eso, evidentemente, abre la puerta para que la alternancia sea una realidad, tal y como sucedió en Estado de México y Yucatán, donde el PRIAN se sentía invencible.
De pronto, dada la base de fundamentos, llega una enorme presión para el PAN. De hecho, hasta la oficina del gobernador de Querétaro han llegado los números que, en este momento, sitúan a Morena en condiciones inmejorables para ganar la elección. Por más que el gobierno del estado dirija los esfuerzos para tratar de influir, será insuficiente, sobre todo cuando la gestión está plagada de escándalos ruidosos, de opulencia y dispendio del recurso. Al volverse un asunto que impacta negativamente para el PAN, eso también puede mermar el refrendar un triunfo que, de verdad, se les escapa de las manos. Ni siquiera las encuestas que presumen de desempeño podrán ser de utilidad. Hace poco, en efecto, Yucatán era una de las entidades que mayor respaldo ciudadano tenía en aquel entonces. Jamás se imaginaron la sorpresa que se llevarían el pasado 2 de junio del 2024. Sí, llegó un punto de quiebre para ellos y, por ende, el paradigma dio un giro total.
La principal causa del porqué el PAN perdió Yucatán, desde luego, radica en la perspectiva positiva que está generando un movimiento como el de la Cuarta Transformación. La población civil, dado los resultados y la puesta en marcha de acciones específicas, está inclinando la balanza. Los programas sociales, y el esquema de asistencia, que hay que añadir, por supuesto, son otras de las razones que influyen en el ánimo y espíritu de la gente. Eso, a diferencia del PAN, es lo que genera una enorme distancia que ha focalizado la atención, principalmente en Querétaro. De plano, podemos ir realizando un ejercicio previo que no será fácil de digerir para la derecha. Estamos hablando de uno de sus principales epicentros. Insisto, es la joya de la corona, que abrirá las puertas a una nueva era y, de paso, pondrá fin a la hegemonía que está relegada y anclada en la mediocridad ante la falta de liderazgos.
No será raro ver una alternancia en Querétaro. Nos estamos acostumbrando a los cambios de fondo, sobre todo cuando están dando resultados a favor de las causas que aquejan a la ciudadanía. Ese giro del que hablamos, por supuesto, vendrá acompañado de triunfos en el congreso local y ayuntamientos. Tras darse a conocer algunas encuestas, que son confiables, podemos decir que, en este momento, Morena no solamente ha emparejado los cartones, sino que ya supera a Acción Nacional en aquel punto.
Por eso y por muchas razones, hay tensiones en el cuarto de guerra de la dirección nacional del PAN. Sabemos que, con pormenores detallados, Jorge Romero tiene en sus manos encuestas que, para nada, le favorecen en Chihuahua, pero sobre todo en Querétaro. Esto no solo los paraliza por completo, sino que los hará convulsionar ante la impotencia que tendrán. Es más, el propio Mauricio Kuri, que siempre hace llamados a no votar por Morena, sabe que la elección la tiene perdida. Existen razones. Una de ellas, por supuesto, los escándalos que se han ventilado y, por ende, el malestar acumulado de una sociedad que busca un cambio total.
Del lado de Morena, queda claro, se tendrá que poner en marcha una fina estrategia para sumar a los partidos aliados. Como sabemos, el PT es una fuerza consagrada que, dicho sea de paso, dejó comprobada su capacidad de movilización y trabajo territorial en la elección de Durango y Veracruz. Es, como dijo Sandoval Flores, una locomotora y la vanguardia de la 4T.