A la luz de todo el mundo, se sabe que Ricardo Salinas, desde sus yates y helicópteros hace campaña. No se toma la molestia de ir caminando y escuchar a la sociedad. Hace, fiel a su estilo, una estrategia de propaganda. Su activismo, a su vez, es alabado por los principales colaboradores de su televisión. Sabemos que él, que se ha negado a pagar impuestos, busca victimizarse de una supuesta persecución política que ha fabricado. A eso le apuesta el magnate que, por órdenes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tendrá que saldar las deudas que ha ido acumulando de impuestos. Por eso él, que busca personificar el papel de contrapeso, no cumple ni con el más mínimo requisito que requiere un abanderado presidencial. Al final de cuentas, por supuesto, sería una fallida estrategia de la derecha con esa supuesta irrupción que ha realizado para salir a escena.
A Xóchitl Gálvez, por ejemplo, la ungieron como abanderada de la derecha porque fue a tocar las puertas de Palacio Nacional. La derecha, que muestra su inocencia, pensó que eso sería suficiente para contrarrestar el dominante paso de Morena. El movimiento, liderado por Claudia Sheinbaum, no solamente tiene el control territorial porque le ha cumplido al pueblo lo que prometió, sino que tiene amplias simpatías por la vitalidad de un proyecto humanista, auténtico. Por otro lado, los conservadores, siguen manipulando las situaciones a su antojo para tratar de persuadir a la población.
Hace poco, de hecho, dijimos que lamentamos mucho para aquellos que se han prestado para salir a las calles y destruir todo a su paso. Algunos de ellos, esbirro de la ultraderecha, están enfrentando cargos por distintos delitos en reclusorios de la Ciudad de México. Se comprobó que ellos, bajo el pretexto de otras consignas, no se contuvieron en actuar con dolo.
Será que, como en 2006, el PAN intenta sembrar el miedo a través de una ola propagandística que se difunde desde la televisora de Ricardo Salinas. Él, sabemos, tratará a toda costa de ser el representante de la oposición en las próximas boletas presidenciales del 2030. Eso lo podemos distinguir, inclusive en su propia narrativa que esboza en las redes sociales, donde se ha encumbrado para abrir la metralla contra el gobierno de Claudia Sheinbaum. De entrada, no es alguien que llame la atención ni siquiera levante expectativa. Tras haber trascendido, de hecho, hay encuestas que han comenzado a medir el termómetro en la carrera presidencial. Nos referimos a las declaraciones de Jorge Romero para considerar a Salinas Pliego como aspirante de su partido. Mientras llegamos a esa fecha, duradera, todavía, el escenario político seguirá vibrante.
La televisión del magnate lo promoverá, al igual que una minoría de seguidores que, de manera abierta, se han declarado detractores del movimiento de la 4T. Y Salinas, que cortejará con Acción Nacional, hay que darlo por hecho, es muy probable que sea su abanderado. Está cantado. El propio Romero, por su propia cuenta, le abrió la posibilidad. Eso, en efecto, ni siquiera provocó una oleada de eco ni mucho menos una espiral de esperanza para una oposición que está ávida de atención. La excusa perfecta para ellos, sobra decir, será poner en en centro de atención una supuesta persecución política que, a todas luces, esparce maquinación y un andamiaje de marketing. Hay, por ejemplo, encuestas que ponen muy por debajo al panismo. Morena, a propósito de ello, le saca más de 30 puntos en un hipotético escenario que, desde ahora, luce desalentador para Acción Nacional. Eso significa que, a la sombra del grueso de la ciudadanía, la derecha no es una alternativa, pese a la restructuración simulada a la que se han propuesto.
Las mismas causas que mueven al PAN, son las que han motivado a Ricardo Salinas Pliego. Él, de entrada, ni siquiera es un personaje en el sentido estricto de lo sociopolítico. Su lenguaje, además de todo, es algo que los mexicanos desaprueban. Toda esa narrativa, que está plagada de difamaciones, no hacen ruido, muchos menos cuando quieres personificar la semblanza del pueblo. Por eso el PAN, que no llegará muy lejos en proporciones numéricas, le apostará a la improvisación, tal y como lo hizo con Xóchitl Gálvez en 2024. Es verdad, falta tiempo para que eso suceda. El punto es que, como tal, la derecha no está en condiciones de dar un giro de timón o decisivo para cambiar la perspectiva.
La falta de liderazgos de la derecha y su poca actividad social en territorio, la han hecho sucumbir ante el poder dominante de Morena. La propia oposición, que busca ganarse el cariño de la población, está condenada al fracaso. Vemos el propio caso de la alcaldesa de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.
La prensa conservadora casi casi la está postulando para la silla presidencial. Haciendo uso de las redes sociales no se gana la atención del pueblo, mucho menos con disparates. La misma Alessandra Rojo de la Vega, durante buen tiempo de su trabajo, se la pasa creando vídeos para los pocos seguidores con los que cuenta. Aspectos como ese, sin duda, son los que allanan el camino para que Morena recupere la joya de la corona en CDMX. La propia encuesta que publicó MetricsMx -para SDPnoticias- sirvió para conocer a detalle el fiasco del PRIAN. De hecho, el verdugo de la oposición, Arturo Ávila, elevó su percepción positiva. Él, que representa la vocería en la fracción parlamentaria de Morena en San Lázaro, parece que tiene amarrada la candidatura por la alcaldía Cuauhtémoc.
Lo que deparará el futuro de la alcaldía Cuauhtémoc, en definitiva, será el protagonismo que se viva en las mesas de análisis. Arturo Ávila, por ejemplo, le apuesta al activismo territorial y a los debates. El simple hecho de haber irrumpido de esa forma, sobra decir, Morena tiene muchos elementos para nombrarlo coordinador de la defensa del voto en lo que hasta ahora, denominamos el corazón de la Ciudad de México.
Notas finales
Uno de los mejores alcaldes de México, de acuerdo con la evaluación mensual de un periódico de circulación nacional, es el propio Julio Arreola, de Pátzcuaro, Michoacán.
Quienes han catapultado a esa región a latitudes mundiales, evidentemente, merecen ese reconocimiento, pues el edil, hace unos meses, llevó a ese pueblo mágico a las propias evaluaciones que realiza la revista internacional Forbes. De acuerdo con esa ponderación, ese municipio es, de un cúmulo, uno de los sitios más acogedores de México.



