Aunque el PAN se vista de seda, reaccionario se queda. El PAN relanza su logo en un acto en donde asistieron los mismos de siempre: Jorge Romero, la excandidata presidencial Xóchitl, Margarita Zavala, Acosta Naranjo y Belaunzarán, estos dos últimos, sepultureros del PRD en las pasadas elecciones.

Al grito de patria, familia y libertad, (Estados Unidos, familia “tradicional” y capitalismo), el PAN se suma abiertamente a partidos de extrema derecha como Vox o los que llevaron a Javier Milei al poder en Argentina. Se acabó el azul que intentaba disfrazarse de “progre” para volver a sus orígenes conservadores que en realidad nunca dejaron, basta con ver cómo fueron los gobiernos de Fox y el espurio Calderón.

Y así, la única respuesta a los programas sociales y al humanismo mexicano de la Cuarta Transformación es una vuelta a un pasado miserable, en el que un espurio minúsculo se disfrazaba de militar y en donde un payaso con botas llamaba a las mujeres “lavadoras de dos patas”. A una destrucción del Estado laico y a un capitalismo salvaje que en estos momentos tiene a sus principales exponentes: Estados Unidos, la Unión Europea, Argentina, al borde del colapso económico.

No habrá propuestas diferentes, innovadoras o impactantes por parte del “nuevo” PAN, porque ese partido viene viciado de origen. Y ante el avance de otras opciones reaccionarias, como las que representa el oligarca evasor de impuestos Salinas Pliego y otros personajes del mismo estilo, difícilmente el partido, aun con su posible alianza con el conservadurismo “progre” de MC, difícilmente se hará de nuevos votantes.

El regreso del PAN no se dará en 2027, ni siquiera en 2030. Quizás, con algo de suerte para ellos, será hasta el 2036.