Las banderas rojas están ahí presentes para quien las quiera ver:

El gigante bancario UBS señala que estiman un 93% de posibilidades de que Estados Unidos entre en recesión. Hace apenas unos meses, la cifra era de “apenas” un 50 por ciento.

De acuerdo con una investigación publicada por la revista Fortune, sin la construcción de los Data Centers para la mal llamada “inteligencia artificial”, el crecimiento real del PIB en la nación gobernada por Donald Trump fue apenas de un raquítico 0.1 por ciento.

Y respecto a esa burbuja, se escuchan ecos de aquel gran colapso tecnológico de las empresas “punto com” de finales de los noventa e inicios del milenio. Los gigantes tecnológicos como Oracle, Intel, Microsoft, OpenAI (creadores de ChatGPT), AMD y XAI, mueven dinero entre ellos en inversiones circulares que tiene como vértice a Nvidia. Pero más allá, la realidad es que esta serie de grandes algoritmos mal llamados “inteligencia artificial” siguen llenos de fallas, no producen las ganancias económicas prometidas, pero sí han sido usadas de pretexto para despidos masivos en varios países.

Y hablando de despidos, el deterioro del mercado laboral en el país vecino es notorio, con los prospectos de encontrar nuevos empleos en un punto tan bajo como a inicios de la pandemia en 2020.

Afortunadamente, el actual gobierno de México ha tomado medidas, desde el gobierno del expresidente López Obrador, para reactivar nuestro mercado interno y no depender enteramente de nuestro principal socio comercial. Pero hay que diversificar y fortalecer aún más nuestra economía. Porque Estados Unidos está en una espiral descendente y estas crisis serán cada vez más frecuentes y críticas.