Este programa no existe. Es un ejercicio de imaginación. Por favor, no se adelanten ni lo tomen tan en serio. Es una especulación, en tono de parodia, acerca de la creación, en el futuro cercano, de un programa de doctorado sobre la “Nueva Escuela Mexicana” (NEM).

Imagino un programa de estudio, a nivel de posgrado, que sería diseñado para formar a especialistas y expertos en la transformación del sistema educativo nacional y local; un diseño pensado para activar los cambios radicales y reflexionar sobre las nomenclaturas más elaboradas y analíticas en la materia. Todo ello enmarcado en las modificaciones educativas y curriculares que se han registrado e iniciado en México a partir de 2018.

Aunque en la historia de las políticas públicas educativas aplicadas en México la noción de NEM ya se había abordado, permítanme un ejercicio, en el tono de la teoría de los escenarios, para repensar críticamente acerca de la noción de Nueva Escuela Mexicana.

No dudo que pueda suceder en el futuro tal tentación, es decir, que se dé la construcción desafortunada de un programa de posgrado dedicado a esta noción extraña. Lamentablemente, esa es una costumbre que se da en algunos diseñadores de programas de posgrado en nuestro país.

Este imaginario académico me recuerda aquel caso de un programa de maestría que creó alguna vez y ofrecía (no sé si exista aún), hace algunos años, una universidad privada, de nombre Valle de México, que llevaba por título: “Maestría en Competencias Educativas”, o algo así. Sólo a una institución así se le podría ocurrir un despropósito de esa naturaleza. Ahí lo que valía, para la universidad privada, era colocarse en la parte alta de la ola del momento; lo que estaba de moda: “el concepto de desarrollo de competencias” en la educación.

Algo similar podría ocurrir en los próximos meses o años en algunas de nuestras instituciones educativas formadoras de profesionales e investigadores en educación del más alto nivel académico; “de excelencia”, diría el discurso oficial.

Lo observado y lo deseado se pondrían en movimiento dialéctico esta vez, porque se entrecruzarían intereses; se combinarían intenciones. Las iniciativas de cambio, de movimiento lanzadas por la “4T”, se convertirán en estáticas. La noción de Nueva Escuela Mexicana se quedaría así congelada (como ya lo está en la Ley General de Educación), o sea, en normatividad, tal como sucedió al momento en que la iniciativa de cambio en el plano escolar, se convirtió en un código de conducta para docentes, directivos escolares, asesores técnicos y en general para las comunidades educativas, desde la educación básica hasta la educación superior públicas. En eso quedó convertida la NEM hasta estos días.

La NEM es un magnífico paraguas poderoso y semi estructurado no en lo conceptual, sino en lo propagandístico, debido a su calidad de membrete.

Ese deseo de estar al día por parte de autoridades y círculos académicos afines, se dejará ver pronto si es que este ejercicio imaginario se vuelve realidad. Ellas y ellos estarán en condiciones (no por consecuencia de necesidades detectadas) de apropiarse del conocimiento de moda, de difundir y legitimar al conocimiento que se ha hecho oficial, sin que dicha noción (la NEM) se haya discutido suficientemente en la plaza pública, en los círculos académicos, en los medios de comunicación, en las escuelas, en la sociedad. Pero no hay por qué preocuparse, ya que la NEM es un asunto de obvia resolución. Los poderes ejecutivo y legislativo la decretaron e impusieron, en 2019, como ley.

Así, nos aparecería, en poco tiempo, quizá en el próximo sexenio marcado por las continuidades políticas, no pedagógicas, una NEM como objeto de estudio; como campo de problematización; como lenguaje educativo del movimiento hecho partido político; de un saber que se creó como alternativa de cambio y que se convirtió en la letra de la normatividad institucionalizada.

Me recuerda a ese significativo oxímoron hecho en México: el “Revolucionario Institucional”, esa especie de palabrería contradictoria acuñada por las élites políticas, nunca autocriticada ni auto criticable, digna de ser estudiada por historiógrafos, sociólogos, antropólogos y lingüistas.

Elevar a la NEM a rango de estudios de posgrado será la panacea de la nueva academia mexicana. Se volverá necesidad detectada por los planificadores de los nuevos programas de posgrado en México, que estará disponible en formatos presencial, en línea, a distancia o híbrido.

Las universidades e instituciones de educación superior, públicas y privadas, estarán frente al escenario de adoptar, o no, un programa de posgrado especializado sobre la NEM. Qué gran oportunidad de ponerse al día. De colocarse puntuales en el reloj de las innovaciones educativas del siglo XXI.

Los egresados de la NEM, a nivel de posgrado, gozarán de becas nada despreciables durante el tiempo que estén matriculados en el programa. Serán entre 4 y 5 años de estudios de alto nivel académico.

El programa estará disponible en el padrón nacional de posgrados, que antes se llamaba de “excelencia” y que ahora ya no lo es. Pero que, como la Constitución ya reivindica la noción de excelencia educativa (desde 2019, año en que se reformó al texto de la carta magna), tal vez regrese a esa denominación. Faltaba más.

Tanto profesoras y profesores como investigadoras e investigadores del posgrado sobre la Nueva Escuela Mexicana, gozarán de una extensa bibliografía que estará disponible en todos los formatos y en las diversas plataformas que serán creadas para esos propósitos.

Se crearán convenios de colaboración entre los programas de posgrado del doctorado sobre la NEM. Habrá prácticas para observar y reflexionar, en campo, las aplicaciones de la NEM en la realidad educativa. Con la canalización de recursos financieros hacia el posgrado de la NEM, se creará la cátedra CONACHyT de la NEM. Tal vez se funde la revista de investigaciones de altos estudios denominada: “Nueva Escuela Mexicana”. Es probable que la promoción del posgrado se haga a través de TikTok, Instagram, Facebook, YouTube y X.

Como parte de las actividades académicas, serán invitados a enriquecer la fortaleza educativa y pedagógica del doctorado sobre la NEM, especialistas nacionales e internacionales.

Las bibliotecas especializadas en estudios educativos tendrán en sus acervos nuevos reportes de investigación con títulos tan originales como creativos, como: “Los efectos de la NEM en la salud de las niñas y los niños”; “Rasgos del cambio climático y su relación con la NEM”; “El rezago en aprendizajes escolares y el papel de la NEM en el cambio educativo”; “Realidad y perspectivas de la NEM en la etapa post pandemia”, entre otros.

Gracias a las gestiones de los diseñadores y administradores del posgrado sobre la NEM, los estudiantes que cursen este programa de excelencia, podrán participar en los congresos nacionales de educación que organicen diferentes colectivos y comunidades de investigación educativa tanto nacionales como internacionales.

Los contenidos del doctorado en NEM podrían incluir asignaturas o materias, o campos de formación o áreas temáticas o unidades de contenidos educativos y pedagógicos como los siguientes:

- “La NEM: Orígenes y desarrollo”

- “Historia crítica de la NEM”

- “Etimologías sobre lo “Nuevo”.

- “Dialéctica de la Escuela Nueva”

- “Economía política de la NEM”

- “NEM y poderes fácticos en América Latina”

Así mismo, se podrían diseñar algunos de los siguientes seminarios selectos- optativos:

  • “La NEM y su relación con los conflictos bélicos del siglo XXI”
  • “La NEM como modelo del cambio profundo”
  • “NEM: Poder político, ideología y ciencia”
  • “Derecho constitucional, cambio legislativo y NEM”
  • “Teoría de la complejidad y NEM”
  • “Comparativo entre el enfoque de desarrollo de competencias y la NEM”
  • “La NEM frente a la democracia representativa y participativa”
  • “La crítica de la razón pura a la USICAMM”
  • “NEM y TIC en el debate de la transformación”
  • “Cómo contribuye el concepto de la NEM en las políticas públicas educativas no neoliberales”
  • “NEM y enfoque de género”
  • “NEM y defensa de los Derechos Humanos”
  • “La NEM y el sindicalismo magisterial I y II”

Ojalá que esto no suceda. No en esos términos. Repito: este es un ejercicio sobre un escenario no deseable. Sería un desacierto que se impulsara un monstruo como ese desde la SEP.

Estaremos atentos a la oferta de posgrados del segundo piso de la transformación y del “Plan C”.

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