La verdad es que ahorita y a todo vapor las y los columnistas de todos los medios de comunicación están escribiendo sobre el debate. Pensé en que mi opinión estaría de más, habiendo tantos otras opiniones comentando de lo mismo , pero, no me  pues no me quise quedar atrás.

Leí la columna de nuestro director, Federico Arreola, en la que realiza  un análisis de una película norteamericana que se llama “The Great Debaters”.

Quise verla también  porque no hay nada como ver algo de lo que alguien ha escrito y me pareció bastante interesante.

El tema de la película trataba de cómo se deben de formular los debates políticos sobre todo en particular debates provenientes de la raza negra.

Me parece que el presidente de México se ha encargado de polarizar a tal grado a la nación que de verdad parece una lucha entre blancos y negros.

Desde tiempos inmemoriales los debates políticos  se han dado, la película justamente está desarrollada en la década de los 30′tas.

En la trama se supone que a los aspirantes a debatir se les escribe lo que tienen que decir, pero por supuesto el que no lee y habla desde su entraña y desde su emoción es el que engancha mejor con la gente. Ahí es cuando se puede adivinar el final de esta película

La verdad es que pensé que habría un debate real  entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez,  más “profesional”, mejor articulado, más profundo, digamos más estudiado, pero no. No le pusieron ganas así nomás .

Francamente la presencia de  Jorge Álvarez Máynez me mantuvo despierta, porque no aportaba nada, pero nunca dejó de sonreír y darle sorbos a su “termo na na na na naaah”, pero fuera de ahí la nada.

Xóchitl no fue lo suficientemente ágil para acorralar a Claudia Sheinbaum y Claudia fue lo suficientemente ágil para escapar de la confrontación.

Esto por supuesto desde mi punto de vista no es bueno ni para la una ni para la otra en términos de elegibilidad para gobernar a un país.

Xóchitl estaba muy nerviosa. Es natural.

Claudia lleva muchos años enfrentando a medios, a prensa y a cámaras, ella algo más acostumbrada, por ahí sacó  creo sacó ventaja.

Mientras Maynez seguía sonriendo. De verdad de solo recordarlo me da risa pero me debería de dar dolor, porque la política mexicana se ha convertido en un burdo circo y nada más.

Claudia Sheinbaum fue en extremo agresiva con Xóchitl Gálvez al ignorarla todo el tiempo. No hizo contacto visual con ella, la señaló con el dedo pulgar cuando hablaba de ella  y nunca pronunció su nombre.

Entre mujeres esas cosas no se hacen. No si vienen de una mujer que dice que adora a otras mujeres. Pues no fue así.

Xóchitl no dejaba de repetir el nombre de “Claudia” un poco hasta el hartazgo porque nada que dijera era lo suficientemente poderoso.

“Es que Claudia dice, no dice, es que Claudia dijo, no dijo, Claudia no mientes, Claudia di la verdad” y Claudia en modo " a ti ni quien te tope”.

Claudia Sheinbaum estaba más atenta del reloj, tema que a los productores del debate se les barrió revisar. Nomás no sonaba la alarma para callarlos y eso se lo hizo saber Máynez a Claudia.

Llevaba ya muchos minutos hablando el, cuando Claudia observó que no se detenía el reloj, por lo que de plano soltó un “ya párenle” … me reí mucho.

Los moderadores, pues  francamente totalmente desdibujado Manuel López San Martín.

Denise Maerker simplemente se lo comió. Ni todo los kilos de gel que se puso en el cabello lograron que Manuel fuera visibilizado.

Sinceramente parecía más un especie de edecán.

También de pronto a Denise se le olvidaba  que no estaba en su noticiero como para tomarse la libertad de cuestionar por cuenta propia, a los candidatos, cosa que detectó Claudia Sheinbaum y se lo hizo saber “Por ahí no va la cosa”.

Durante todo el debate el delirio fue el reloj. Nomás nadie tomaba los tiempos.  Claudia insistía e insistía en ello, Xóchitl nunca había estado en un debate y menos Máynez por lo que ese tema a ellos les pasó de noche.

La conclusión es que unos dicen que Claudia ganó y otros que Xóchitl.

La pregunta de si influirá en el ánimo de los votantes este debate queda a discusión.

Me parece que como nunca este debate fue sintonizado por millones de personas, eso hace que se formen una idea diferente a la que tenían antes de todos los candidatos, en general.

Por supuesto fue muy divertido ver el debate a la par de las redes sociales porque sobre todo en X no pararon los memes y las risas por las pifias de los tres. Nadie salió librado de no haber cometido un solo error.

Vi a una Claudia demasiado dura, me gustaría haberla percibido más sensible. Vi a una Xóchitl extremadamente nerviosa. Vi a un Jorge Maynez sonriendo. Y dándole sorbos a su termo y sonriendo.

La sombra de López Obrador por supuesto que rondo todo el tiempo el set . Como un fantasma

Parecía que Claudia tenía urgencia de decir al aire que López Obrador era un gran presidente. Lo dijo cuando menos venía al caso, pero el tema o la indicación para Claudia era decirlo sí o sí. Pasara lo que pasara.

Me imagino a López Obrador en su sillón en Palacio rodeado de los que él cree que son amigos frotándose las manitas.

Lo sucedido con el hijo de Xóchitl, Juan Pablo no rozó el debate.

El tema de la posible corrupción de los hijos del presidente sí se puso en la mesa ante la incomodidad de Claudia que dijo: “¿Ah, sí?  Pues denuncien”, cosa que me pareció lógica, pero hay personas que dicen que la denuncia ya está levantada y hay otras personas que dicen que nada pasará con ese tema.

Fue un debate un poco largo en su formato, para mi gusto, y cuando parecía que se iba a terminar, empezaba otra ronda de preguntas y el reloj incierto amenazaba con no detenerse.

Maynez sonreía.

Y hasta aquí mi crónica de este debate.

Nadie salió favorecido. Por favor, no creo que en los debates el que gana es el que será el presidenciable.

Lo de hoy fue una novela cortita.

La realidad está allá afuera. Esa realidad que nos pega y nos duele tanto a todos. O a algunos. Porque no todos la ven.

Queda para la reflexión.

Es cuanto.