La gira que está llevando a cabo el secretario de Estado de EU, Marco Rubio, ha generado una serie de comentarios en un clima que, a todas luces, se ha ido fortaleciendo en la relación diplomática. De hecho, los canales de comunicación jamás se rompieron. Se tomó una pausa cuando el vendaval azotó fuerte en medio de las amenazas de endurecimiento a la política migratoria y de comercio. Lo único que necesitó Claudia, además de prudencia y paciencia, fue mostrar la voluntad que existe para cooperar y trabajar en coordinación sin poner la soberanía a merced. Somos una república y, como tal, nuestra autonomía debe respetarse por encima de toda cosa. Ese paso, al menos hasta ahora, se lleva a cabo en un marco de respeto entre ambas naciones. Y digo por hoy, pues el futuro, como ha sido cambiante, puede moverse en cualquier momento no por decisión de nuestra presidenta, sino por las políticas externas que se ejerzan.

Pese a ello, la presidenta ha hecho a un lado cualquier prejuicio que existe desde otra nación. Se enfoca, ni más ni menos, en todo el trabajo que pueden llevar a cabo para fortalecer las áreas de oportunidad. Una de las cosas más sobresalientes, es una realidad, es la negociación que se alcanzó con el departamento de comercio. Nuestro país, a comparación de otros, salió bien librado gracias a los buenos oficios de la Presidencia y de la Cancillería. Fue posible, dada la sapiencia que le imprimieron en conjunto con la Secretaría de Economía, alargar el plazo a más de 90 días para encontrar un esquema de exportaciones e importaciones a largo plazo. Eso deja en evidencia el andamiaje organizado de un gobierno que, de pies a cabeza, está a la altura de las circunstancias.

Es de reconocer que todo eso, que tiene una enorme legitimidad, se llama proceso de transformación. En definitiva, ese buen clima que se percibe, sobre todo de avances en materia de seguridad, ha propiciado las condiciones para que Marco Rubio, secretario de Estado del vecino país, esté de visita en México. Parte de la agenda de labores, a partir de su arribo al aeropuerto del AIFA, está trazada en temas de cooperación y fortalecimiento en comercio, lo mismo que seguridad. Eso, al menos desde el comienzo, se planteó que se iría desahogando en la propia sede de Palacio Nacional. Eso ha dado un paso sólido para que ambos países, con la voluntad que existe, hagan lo que les corresponde a cada uno. Del lado de México, por supuesto, Claudia ha sido muy clara en salvaguardar la soberanía.

Unas horas antes del arribo de Marco Rubio, por la tarde, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, recibió al secretario de Estado del vecino país. El canciller, de hecho, ha sido una pieza crucial para fortalecer la relación diplomática. Él, que también formó parte de la comitiva del encuentro de primer nivel en Palacio Nacional, fue testigo de los acuerdos que se alcanzaron. De hecho, a Juan Ramón se le asignó la operación tras bambalinas. En pocas palabras, cumplió sus funciones al pie de la letra. Algo que también logró, fundamentalmente, fue la defensa férrea por la soberanía. Habrá cooperación, pero no subordinación, dijo.

Eso, que también lo aclaró Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, fue uno de los temas que se dieron en ese flujo de comunicación. Habrá coordinación estratégica para el fortalecimiento de la seguridad en los límites de la frontera. Será, a grandes rasgos, una agenda más amplia la que se impulsará. Nuestro país, de hecho, cuenta con una plataforma que ha comenzado a despegar sustancialmente a través de la esencia del Plan México. Pero, más allá de eso, el encuentro de la presidenta constitucional y el funcionario estadounidense, queda claro, pudo verse en un entorno inmejorable. Las mismas imágenes ilustran que hay voluntad para seguir abriendo camino.

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Eso es la evidencia, ya lo dijimos, que hay voluntad para que la cooperación siga manteniéndose en esa línea del respeto. Cada quien asumirá, desde su territorio, las estrategias de seguridad, eso sí, intensificando esas tareas en puntos vulnerables. Lo que hizo Claudia Sheinbaum, de verdad, es digno de resaltar, especialmente por la sobriedad y la prudencia con la que se maneja y, con ello, opera los temas al más alto nivel. Las formas, que son propias de una digna heredera del bastón de mando, nos ha catapultado a otras latitudes. Estamos, en efecto, en el terreno de la competitividad. Precisamente en este espacio, con datos en las manos, hicimos hincapié en el crecimiento de las inversiones, pero también en los índices de complejidad. Eso ha garantizado, además de potencializar la innovación y la tecnología, que nuestros productos lleguen a más mercados. Todo ello, simplemente ahora que vivimos tiempos de cambio, ofrecen un abanico de alternativas para continuar mejorando la calidad de vida.

En concreto, hasta donde sabemos, Marco Rubio se retiró de Palacio Nacional con un buen sabor de boca. Se le vio satisfecho y convencido de los acuerdos que se sellaron. Eso, en términos de intereses mutuos, significa una colaboración ligada a muchos aspectos que nos unen. Somos vecinos. No hay necesidad de tener alguna diferencia, sobre todo por lo que México aporta en mano de obra, campo, infraestructura e insumos. Sucesos como el que se concretaron, desde luego, nos enorgullece porque vemos, a plenitud, a nuestra presidenta de México en el mayor apogeo de su carrera. De hecho, no fue cualquier funcionario de la Casa Blanca: es el segundo al mando, hombre de todas las confianzas de Donald Trump.