La muletilla de se abrió una carpeta de investigación se está volviendo ya un recurso insostenible por parte del gobierno; si bien viene desde el espuriato criminal (2006/2012), esto ha continuado, acaso aumentado (no lo sé), pero de lo que sí estoy cierto es de un hartazgo de la gente ante esta frase, tan simple en apariencia, pero que es el reflejo de un país en el que todavía reinan, a sus anchas, la impunidad y el neoliberalismo.
El trenazo en el istmo que cubre de oprobio al país, lo más probable, es que se sume a la enorme colección de (literalmente) millones de carpetas de investigación que van a morir a archivos, el sueño de los injustos. Vamos, el Estado en México cada día (así el discurso diario sea necio y se empeñe en decirnos lo opuesto), no es siquiera capaz de hacer efectivos los obscenos créditos fiscales del criminal de cuello blanco Ricardo Salinas Pliego, y (sinceramente) dado sus montos, todo pinta para que funcionarios del SAT hagan el negocio de la vida y no se lleve el felón en cuestión ni un solo rasguño; sí, un magnate que en países como Singapur o China ya habría sido condenado a la pena capital y/o a la confiscación total de sus bienes malhabidos.
En fin, que ojalá en enero el SAT (por fin) siente un precedente que cambie parte de la realidad de que México es el paraíso de la impunidad, no solo para delincuentes comunes, sino (por sobre todo) de los de cuello blanco, esos que en un México lleno de tantos complejos son idolatrados por no pocos imbéciles.
