LA POLÍTICA ES DE BRONCE

Hace unos días, dos hechos relacionados con el cobro de piso, uno en el Estado de México y otro en Veracruz, impactaron a la opinión pública. En el Edomex, un grupo criminal dedicado a la extorsión levantó al dirigente regional de la Alianza de Autotransportistas, Comerciantes y Anexas de México (ACME), Bernardo Aldana, quien fue encontrado con vida. En el estado de Veracruz, la profesora jubilada y taxista Irma Hernández Cruz fue secuestrada para presionar a su agrupación de transportistas al pago de derecho de piso, obligada a grabar un video que se volvió viral, asesinada y, finalmente, su cuerpo fue encontrado.

Ambos hechos constituyen un terrible recordatorio de las dimensiones y alcances que el cobro de piso tiene en nuestro país. Más allá de las críticas, la indignación y las demandas hacia estos gobiernos, pongamos en la discusión pública algunos aspectos que ambos casos comparten, pero también sus diferencias.

El Estado de México y Veracruz son gobernados por dos destacadas mujeres morenistas que llegaron al poder con un amplio respaldo social: Delfina Gómez y Rocío Nahle. Ambas encabezan estados de gran relevancia social y económica para el país, pero también de gran complejidad geográfica y política. Las dos cuentan con el respaldo absoluto de la presidenta Claudia Sheinbaum y de las instituciones federales para combatir los diversos delitos, particularmente la extorsión y el cobro de piso.

¿Fue circunstancial que el líder transportista haya sido localizado con vida y que la profesora, lamentablemente, no? En estos hechos intervienen muchas variables, algunas de carácter imprevisible, pero sí podemos establecer tres diferencias fundamentales al enfrentar el problema de la extorsión.

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Primero, y muy significativo, la respuesta social. En el Estado de México, en cuanto se conoció el secuestro del líder transportista, los integrantes de la ACME se movilizaron y realizaron bloqueos en las principales entradas de la Ciudad de México para exigir a las autoridades su aparición. La respuesta social ante la extorsión no es nueva en el Edomex. Las reacciones van desde la organización comunitaria hasta protestas por medio de plantones y bloqueos.

También hay que decirlo: hartos de las extorsiones y el cobro de piso, no pocos habitantes y comunidades han optado por hacer justicia por su propia mano en varias regiones mexiquenses, como Valle de Bravo, Almoloya de Juárez, Valle de Toluca y, por supuesto, Ecatepec.

En el caso de la profesora Irma Hernández, hubo una respuesta en redes sociales y medios de comunicación, pero no se generó un movimiento social de presión y exigencia hacia el gobierno.

Segundo, el gobierno del Estado de México ha puesto en práctica un conjunto de operativos coordinados con el gobierno federal para enfrentar el problema de la extorsión y otros delitos comunes. El más conocido de estos operativos es el llamado Enjambre. Dichos operativos han generado controversias y críticas, pero es indiscutible que se percibe que el gobierno mexiquense está actuando.

En Veracruz, hay tres personas detenidas en relación con el caso de la profesora, pero no existe —o no se percibe— un plan estatal para enfrentar el fenómeno del cobro de piso en territorio veracruzano.

Tercero, dice el refrán que si no tienes algo importante que decir, mejor no digas nada. A la gobernadora del Estado de México se le critica por no aparecer constantemente en los medios de comunicación, pero sí lo hacen los responsables de las distintas áreas de gobierno. Su presencia mediática es más contenida, pero también más ponderada y prudente en sus declaraciones.

La gobernadora veracruzana mostró una gran insensibilidad al abordar el caso de la profesora Irma Hernández. Por supuesto, la oposición y sus adversarios políticos en Veracruz tratarán de sacar raja política de este y otros casos, pero eso no justifica su falta de empatía ni la torpeza de sus declaraciones.

La propia presidenta Claudia Sheinbaum, al ser cuestionada sobre el tema, mostró mucha más sensibilidad, inteligencia y prudencia.

La profesora Irma Hernández Cruz fue tres veces víctima: fue víctima de un sistema que condena a los jubilados a pensiones miserables que obliga a adultos mayores a buscar ingresos complementarios desempeñando diversos trabajos; fue víctima de los grupos delictivos que extorsionan y cobran derecho de piso; y fue víctima de autoridades insensibles y de opositores miserables que intentan sacar raja política de su tragedia.

Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.