México mantuvo durante más de 40 años una visión laboral de ser una maquila barata, de mala calidad y generadora de poco consumo interno y pobreza ocupacional, sus características eran una mezcla de capital mexicano mayoritario con total dependencia tecnológica y nula inversión en desarrollo y tecnología. Pero el eje ha cambiado, los grandes capitales mexicanos fueron desplazados, obligados incluso a vender sus empresas (grupo Modelo), o bien perdiendo competitividad y rematando sus industrias, ahora están dominadas por inversión norteamericana primordialmente.

Esto explica gran parte de las características que está adquiriendo el derecho laboral, pues se ha americanizado, como se ha visto desde el incipiente intento con la reforma laboral de 2012 y desde luego con la transformación total de 2019 y los subsecuentes criterios jurisprudenciales.

En ese intento de homologar el bloque del T-MEC en el ámbito laboral, se cambiaron varios aspectos que reflejan la forma de llevar las relaciones de trabajo a la par de los socios norteamericanos, los temas que se han trabajado son:

a) La flexibilidad para contratar. En EU es muy fácil hacerlo, pero en México es todo complicado, así que en la reforma de 2012 se incluyeron nuevos contratos, incluso el pago por hora, tema que hoy es central de la reforma de las 40 horas, esa es la moneda de cambio que piden los empresarios para aprobarla. El pago por hora es el caballo de Troya de esa reforma.

b) La flexibilidad para despedir, otro tema de diferencia con el socio del norte, pues aquí nos llenamos de juicios y los tribunales se saturan; pero esto cambió con la reforma de 2019, hoy el 80% de los asuntos se terminan con la conciliación obligatoria, todo se convirtió en un tema de dinero no de justicia. Hay criterios jurisprudenciales que ya sepultaron las trabas que había de dar un aviso de rescisión al despedir, es letra muerta.

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c) El salario mínimo general, que antes del sexenio pasado nadie se quería contratar bajo su pago y hoy abarca más del 50% de los trabajos formales, lo que aumentará cuando alcance las dos canastas básicas y media que se propuso como parte del plan sexenal vigente, tratando de alcanzar a EU, donde la gran mayoría cobra salario mínimo. Esto ha disminuido la pobreza y aumentado el gasto interno, cambiar al pago por hora como se propone detendría este fenómeno y cambiaría este proceso.

d) Se acabaron las huelgas, con los cambios propuestos en la última reforma a la ley es casi imposible estallar una huelga, en 2024 tuvimos menos de 20 huelgas en el país, por lo que comienza a ser una figura que solo se analiza en la academia.

Con el cierre de Nissan Morelos comenzaremos a experimentar la segunda etapa de este proceso, ahora van por los contratos colectivos de trabajo que valen el doble del ingreso salarial en prestaciones, la mayoría en sindicatos independientes, en donde ya quedan muy pocas empresas, muchos del sector automotriz e industrial, por lo que terminaremos al final con prestaciones de ley en todo el país.

Los únicos contratos colectivos que sobrevivirán serán los de las grandes industrias del Estado como Pemex y CFE, así como las universidades, sin que dejen de estar en la mira.

El escenario es así, una gran mayoría, más del 70%, ganará salario mínimo en México; las prestaciones generales serán de ley, según se pacten con el Estado, como las vacaciones dignas; no habrá huelgas ni gran conflictividad sindical, existe un gran control corporativo con el nuevo Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral; el despido es un mercado no un tema de derechos, la forma de contratar pasará a segundo plano por lo tanto; nos llenamos de derechos laborales humanos vacíos de contenido como la ley silla o la NOM 035, avances laborales para que todo siga igual.

X: @riclandero |Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM