Como si el turismo en Quintana Roo, en especial en Cancún, necesitara más noticias malas para que extranjeros y nacionales no vengan a vacacionar en el destino, los legisladores acaban de aprobar una modificación a la ley para criminalizar el que una persona maneje tomada, con penas de dos meses a dos años de cárcel.

El tema ha tenido una discusión intensa en la prensa, por los distintos actores involucrados (ONG, Comisión Derechos Humanos, diputados, cámaras empresariales), al grado de que la gobernadora Mara Lezama ha tenido que intervenir, de manera acertada, para dar entrada al debate social.

La posición de algunos diputados es la de cero tolerancia a la gente que maneje tomada, y es que nadie puede estar de acuerdo en que se tome el volante bajo la influencia de alguna sustancia. El problema es que esta premisa no obedece a un análisis de política pública, sino a una postura personal de imposición de ideas, y a eso se le llama intolerancia.

Retomar la postura de estos legisladores es volver a considerar el alcoholismo, la drogadicción, las adicciones, las enfermedades mentales, como delitos; como pasaba en la Edad Media o en la época de la prohibición, no como enfermedad. No las ve como un problema integral, la mejor solución que encuentra es encerrarlos, no convivir con ellos, que se arrepientan de ser como son, de no comportarse como los ejemplares ciudadanos que estos legisladores se consideran.

Y ellos afirman que en otros países también es delito, como en Canadá o Estados Unidos; pero allá se ve como enfermedad y tienes la opción de ir a una clínica de rehabilitación, que paga el estado; además, hay todo un esquema de sanciones fuertes no solo al consumidor, sino también al proveedor de alcohol, con sanciones al que vende alcohol a menores o a una persona que ya está muy tomada y se le sigue vendiendo alcohol. A esto se le llama políticas públicas, algo que ignoran en el edificio del caracol.

La reforma deja lagunas por todos lados:

  1. Cuál será el límite para ir a la cárcel, ¿una cerveza será suficiente?
  2. ¿Todo será a criterio del policía que te detenga?, ¿del médico legista, del MP?
  3. Si no hay causa legal para parar al conductor, ¿cómo será la revisión?, ¿será arbitrario o aleatoria la revisión de conductores por parte de la policía?, ¿será todo el día y a toda hora? Antes había alcoholímetro, es una locura, las calles se convertirán en una cacería.

El transporte público es pésimo en el estado, solo hay taxis y camiones sin aire acondicionado, estos legisladores pusieron trabas para que entraran bien las plataformas. No hay políticas públicas integrales, solo ocurrencias.

Estamos seguros de que esta reforma no va a pasar el tamiz de la Suprema Corte, los legisladores involucrados van a quedar con una historia de leyes represivas, que tiene tintes de ultra derecha.

Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en Derecho por la UNAM

Nota. Los únicos que irán a la cárcel por este motivo serán quienes no tengan para pagar un abogado o una fianza, se cumplirá la máxima: en la cárcel se castiga la pobreza, no el delito.

Twitter: @riclandero