¿Testigo protegido o jugada de distracción del obradorismo?

Presión creciente desde Washington

Ante la intensificación de la presión estadounidense, no es descabellado pensar en una negociación: Manuel Bartlett, con sus 89 años, podría terminar como testigo protegido en una cárcel de EE. UU. por el asesinato del agente de la DEA Enrique KikiCamarena, un caso en el que abundan evidencias de su presencia. Con ese estatus, podría pasar solo un par de años detenido. La DEA no olvida: ahí están los mensajes sobre el uso de esposas para arrestar a Caro Quintero al bajar del avión o aquella sala de juicio llena de agentes que dejaban claro que no habría perdón.

La misteriosa visita a Palacio Nacional

El 16 de julio, Bartlett se presentó en Palacio Nacional. No fue a ver a la presidenta Claudia Sheinbaum —quien se encontraba en Nezahualcóyotl—, sino, según la versión oficial, a una persona de la Consejería Jurídica. Las especulaciones no faltaron, pues coincidió con apagones en la Península de Yucatán y otras regiones, y con los señalamientos por la corrupción generalizada en la CFE durante su gestión.

Versiones extraoficiales apuntan a que no se trató de un simple excolaborador, sino de la propia consejera jurídica, Ernestina Godoy, quien le habría mostrado documentación enviada por autoridades estadounidenses sobre el caso Caro Quintero y el asesinato de Camarena. Todo indica que, sin importar su edad, Washington planea proceder contra él.

El estilo 4T: ley a modo y pactos en la sombra

La 4T se distingue por operar fuera de la legalidad. La visita de Bartlett alimenta la hipótesis de que podría entregarse para proteger a otros, quizás figuras de la cúpula obradorista. Como buen populista, Donald Trump necesita alimentar sus clientelas electorales y lo hace como mejor sabe… Con escandalosos hechos, vestidos de “justicia”, y no sería raro que busque cobrarse una pieza política en México o Venezuela con ayuda de la CIA y su propia urgencia de popularidad.

Las columnas más leídas de hoy

Sin embargo, Bartlett, como uno de los más cercanos a López Obrador, difícilmente se dejará sacrificar. No lo ha hecho en más de 40 años y siempre ha contado con la protección de Carlos Salinas y ahora del tabasqueño líder de la transformación. Además, posee información comprometedora sobre altos integrantes de la 4T, acumulada desde que dirigía la temida Dirección Federal de Seguridad y luego como secretario de Gobernación.

La presidenta justificó la visita, protegiéndolo no solo de las acusaciones de EE. UU., sino también de los señalamientos por la corrupción que prácticamente llevó a la quiebra a la CFE: huachicol de diésel, compras irregulares de carbón y combustóleo, y múltiples negocios turbios. Según ella, Bartlett solo trató un asunto profesional y “no tiene nada de malo” que se reúna con excolaboradores, incluso reconociendo su trayectoria en el sector energético.

Para nadie es un secreto de que buena parte del equipo de Bartlett en la CFE estén refugiados en el gobierno de Veracruz de la gobernadora y ex secretaria de Energía Rocío Nahle.

En el gabinete de la zacatecana titular del ejecutivo estatal de Veracruz destacan, personajes como el exdirector de CFE Energía, Miguel Reyes, quien orquestó buena parte de las más importantes corruptelas de huachicol y de diferentes proyectos que obstaculizaron para beneficio personal y como ejemplo, la construcción del gaseoducto en la Península de Yucatán.

Ahí también esta el ex director de la ASEA uno de los amigos de Andrés López Beltrán, Ángel Carrizales López o quien fue subsecretario de Hidrocarburos con Nahle, Víctor David Palacios Gutiérrez, quien se encargaba de parte del huachicol y su colocación.

La inacción de la FGR

Como en otros casos, la FGR de Alejandro Gertz Manero ignora evidencias y denuncias, sin abrir carpetas ni perseguir delitos que, por ley, debería investigar de oficio. Cuando se le cuestiona, responde que “no hay nada al respecto”.

En paralelo, el gobierno y la FGR dejan ir a criminales como el “Chino” y “El Mencho”, mientras el Ejército niega apoyo operativo a Omar García Harfuch. El CJNG ha pasado de operar en seis estados a dominar 28, favorecido por narcopolíticos que concentran el negocio en un solo cártel.

El cerco se cierra

Las acciones de Trump y del secretario de Estado Marco Rubio estrechan el cerco contra los narcopolíticos de la 4T. Testimonios de capos detenidos desde “El Chapo” y sus hijos, hasta “El Mayo” Zambada y Caro Quintero han revelado información que compromete a figuras como Adán Augusto López, Ricardo Monreal y Mario Delgado. Este último, según Raymundo Riva Palacio, realizando la “operación huachicol” ideada por Bartlett para financiar campañas de Morena.

La jugada final

En este escenario, con propiedades a nombre de una “esposa” que no lo es, dicho por el mismo ex secretario de Energía, y los lucrativos negocios de sus hijos —en especial León Bartlett—, la pregunta es inevitable:

¿Sacrificarán a uno de los mayores corruptos para blindar la impunidad del obradorismo?

¿Apostarán a que, por su edad y estado de salud, no pueda ser procesado?

¿Será otra pantomima de “buena voluntad” para engañar a Washington?

¿Se tragará Estados Unidos este posible engaño o será Bartlett la ficha que inaugure la temporada de cacería política?

X: @diaz_manuel