El sexenio del Presidente José López Portillo fue una de las épocas en que la capital de México, en ese entonces Distrito Federal, tuvo más seguridad en toda nuestra historia, y con esto surgió un crecimiento potencial inimaginable, y una plusvalía económica única en el Mundo entero, y todo gracias a esa seguridad que implantó personalmente el General Arturo Durazo Moreno, jefe de la policía.

Fue tan relevante la participación progresista del anti-comunista General Arturo Durazo, que la Asociación de locutores le otorgó el “Micrófono de oro”, recibió la medalla de la Legión de Honor, y fue nombrado Doctor Honoris causa por el Tribunal Superior de Justicia de la capital mexicana, entre muchos otros reconocimientos meritorios.

Pero, ¿qué pasó personalmente con un hombre de ese calibre, que como todos sabemos, se cayó del pedestal histórico hasta el suelo?

El General Durazo pensaba: Si gracias a mí y a la seguridad que impuse, tantas industrias crecieron haciendo multimillonarios a sus dueños, incluyendo a la cervecería Corona, a la panificadora Bimbo, a Kimberly-Clark, a Colgate, a relojes Haste, que daban la hora de México, y a chocolates Turín, que eran ricos de principio a fin, yo también tengo derecho a ser multimillonario, y tener igualmente un palacio (en Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero), pensamiento que también invadió la mente del propio Presidente López Portillo.

Ese sentimiento de poder tener el mismo poder que un dirigente le otorgó a su pueblo, es muy humano, y más que sentimiento, es una pasión, es la mima que tuvo Napoleón Bonaparte al nombrarse Emperador de Francia, tal como lo hiciera Julio César de Roma, sin pensar que correría la misma suerte histórica.

Si el General Durazo hubiera dominado sus pasiones y su deseo de ser multimillonario como lo lograron los empresarios burgueses del Distrito Federal gracias a él, hoy tendría en la Historia de Mexico un lugar similar al de Winston Churchill en Inglaterra, el mismo que sí supo dominarse y ser humilde gracias a las enseñanzas bíblicas que aprendió de su propio abuelo materno, de origen judío.

Nota agregada: Recomiendo a los miles de lectores de éste portal leer el artículo que escribí sobre Churchill el pasado 2 de Febrero.

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