Hay noticias que llegan tarde, pero aun así golpean fuerte. Apenas hace un par de días me enteré del repentino fallecimiento de David Salas Fonseca, ocurrido el viernes pasado a causa de un infarto. Una noticia que duele, que sacude recuerdos y que obliga a detenerse un momento para honrar a quienes dejaron huella en nuestra vida y en el ciclismo mexicano.

David Salas, “El Garringo”, fue un ciclista espigado, serio, reservado y profundamente disciplinado. Un hombre de pocas palabras, pero de muchos hechos. Buen ciclista, gran persona. De esos que no buscan reflectores, pero que se ganan el respeto con constancia y trabajo. Su forma de ser siempre me recordó a mi padre, don Federico Arreola Salas: la misma sobriedad, el mismo compromiso, la misma manera silenciosa de hacer las cosas bien.

Lo conocí en una carrera en el autódromo de Monterrey. Desde aquel día coincidimos en muchos eventos y competencias. Originario de San José de los Cerritos, en Saltillo, Coahuila, David fue parte de una generación que entendía el ciclismo como una forma de vida. Compitió en grandes vueltas internacionales, como la Vuelta al Táchira, llevando el nombre de México con orgullo en caminos lejanos y exigentes.

Compartimos equipo en AH de Monterrey, Nuevo León, y también defendimos los colores de Coahuila en la inolvidable Vuelta a la Frontera Norte, de Reynosa a Tijuana. Fueron años duros, de carretera, sacrificio y compañerismo, donde se forjan amistades que no se olvidan aunque pasen las décadas.

David estuvo muy cerca de cumplir el sueño olímpico. Estuvo a punto de ir a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, pero una mezcla de berrinches, decisiones absurdas y conflictos entre ciclistas y directivos de la Federación Mexicana de Ciclismo canceló el viaje a solo unos días de partir. Una herida que muchos de su generación cargaron en silencio, y que refleja una etapa triste del deporte nacional.

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Hoy se va el Garringo, pero no se va su legado. Quedan las historias, las rutas recorridas, las batallas en el pelotón y el recuerdo de un hombre íntegro que amó el ciclismo con el corazón. A su familia, amigos y compañeros de ruta, mi abrazo solidario.

Descanse en paz David Salas Fonseca, el famoso Garringo.

Que la carretera eterna te sea ligera.

David Salas, “El Garringo"