Se le vio llegar puntual, diez minutos antes de la cita pactada para el encuentro-desayuno con representantes de los medios de comunicación de la capital del país.
Sencillo, relajado, acostumbrado a todos los posibles ambientes y escenarios recorridos por un “hombre de mundo”, Pedro Haces Barba, el diputado federal mexicano y dirigente de la hoy –quizá– más representativa central obrera del país, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, la CATEM, atravesó el umbral del restaurante ‘Au Pied de Cochon’, ubicado en la planta baja del Hotel Presidente InterContinental, como ‘Juan por su casa’… Como si entrara a la “menudería de la esquina de su barrio”, de inmediato fue reconocido y atendido por los amables ‘host’ del vestíbulo del negocio.
“¡Don Pedro qué gusto!… ¡Ya lo extrañábamos!”. Y él, con la sencillez y la emotividad de un amigo de los anfitriones y meseros que se le acercaron por un momento, se dio el tiempo para preguntarles por algún tema específico de su contrato –del que él ya tenía conocimiento y albergaba en una impresionante memoria– marcándoles de algún modo la pauta para finiquitar ese particular asunto en materia laboral.
Atravesó todos los salones del restaurante, saludando y dejándose ver por comensales de las más diversas taxonomías políticas, hasta que llegó a la mesa de los representantes de los medios, donde ya lo esperábamos con cierta curiosidad. Particularmente el suscrito, quien, con toda honestidad, esperaba encontrarse con “un nuevo rico” de la política mexicana y recipiendario accidental del empoderamiento producto de ese “inesperado sacudimiento hacia el anarco-populismo más rancio” que ciertamente nos prometió aquel fogoso candidato tropical del sureste y que casi la mitad de la población no lo creía posible. Aunque ciertamente hasta ahora, nos lo han venido recetando y cumpliendo al pie de la letra. ¿Acaso por ósmosis transexenal?
Pero, ¡nada… absolutamente nada tenía que mi prejuicio respecto de la verdadera personalidad sencilla y amable de nuestro personaje!, lo debo reconocer.
Aunque su saco era de muy buen gusto, no era, al parecer ni Ferragamo ni Ermenegildo Zegna. Era corte de sastre, mexicano, seguramente. Y ha de ser muy bueno ese maestro de la confección, porque la prenda le asentaba a la perfección.
Seguramente el calzado sí era español; tipo mocasines sin agujeta -si mal no recuerdo- modelo mediterráneo, de un café muy claro, pero con calcetines, por supuesto. Porque la higiene y el buen gusto no están peleados, desde luego.
Porque “chinos” no eran esos zapatos. Y menos ahora que de plano el Gobierno Mexicano se decidió a defender a los productores de la industria zapatera nacional –los que quedan– y les impuso aranceles considerables a los “remedos” de calzado que viene desde el lejano oriente, donde lo que abunda es el pegamento y el plástico, además del plagio al espíritu artesanal zapatero de ese sector de la industria mexicana, a punto de desaparecer.
“Me enamoré de su hacienda, don Pedro”, intervino el suscrito haciendo alusión a unas fotos publicadas de un inmueble de su propiedad; para ‘romper el hielo’ cuando yo ya estaba a punto de concluir unos waffles doraditos con mantequilla, fresas, berries rojos y morados, más un toque de miel de abeja y un exquisito café americano.
“Está a tus órdenes… Te invito y te dejo abierta la invitación de hecho, para que el fin de semana que quieras, te vayas a hospedar allá con tu chava y descanses de la ciudad. Te desintoxiques. Con una buena barbacoa.
“Yo soy más proclive a la vida campirana, como podrán ustedes intuir -soltó el entrevistado- de hecho, atiendo hoy la invitación que nos hizo nuestra amiga Yazmín Alessandrini para venir a desayunar aquí a este restaurante de comida francesa, muy bueno por cierto.
“Pero si Yazmín nos hubiera convocado a echarnos unas quesadillas a la carretera a Toluca, también hubiera acudido. Y con el mismo interés de saludarlos y convivir con ustedes. Y que quede claro. Vistiendo igual, con formalidad, porque así soy yo y nunca he actuado fingiendo lo que no soy en mi vida. No hay nada peor que la hipocresía y la simulación, ¿no creen ustedes?
“Y les puedo asegurar –dijo después el dirigente– que nunca he recibido en la calle, ni en ningún restaurante o aeropuerto, alguna falta de respeto de la población civil o de algún empresario o político”, aseveró, para recapitular preguntando: “¿Será porque siempre he sido un hombre congruente entre lo que digo y lo que hago?... ¿O porque honro siempre mi palabra?... ¿O porque nunca le he faltado el respeto a nadie, por muy poderosa o humilde o famosa que esta sea?“.
Ese fue el “saque” de ese recital de transparencia y honestidad, en que se convirtió -debo decirlo con todas sus letras- el encuentro con el dirigente de la CATEM, Pedro Haces.
Luego, empezó “a picotear” un delicioso omelette con embutidos y queso parmesano que le sirvieron, más una guarnición de acelgas ‘salteadas’ y otra de puré de papa y, tal cual fuera un viejo jefe de cocina de ese mismo restaurante, les pidió con toda la confianza y humildad a los camareros, quienes estaban atentos a sus impresiones sobre el omelette: “Háganme un favorcito, muchachos, díganle al chef que me gusta bien cocida la torta de huevo… Que ya sabe él cómo…”. –“Ah claro que sí, don Pedro… Ahora sale”, le contestó afanoso el capitán de meseros.
Luego repuso el hoy legislador: “Yo soy restaurantero desde que empecé a trabajar en la vida… Fui aprendiz de cocinero y cocinero, cuando adolescente en un restaurante de mi padre… Fui mesero, fui cantinero. Conozco el giro muy bien y conozco las necesidades del trabajador del sector, del patrón y de la clientela. Y cerca del 80% de mis alimentos los consumo en restaurantes… No en mi casa”, remató, en clara justificación por el tipo de vida que lleva como persona pública y como dirigente sindical, en los últimos años… Y empresarial en sus orígenes.
“Y por cierto, les puedo asegurar que la matriz de esta franquicia de restaurantes, en la rúa llamada Coquilliere, en el centro de París, era más bien de origen más popular que aristócrata. Ciertamente hoy es un bistro elegante, sobre todo por la fama mundial que ha alcanzado en los últimos años; en este siglo, particularmente, pero yo lo conocí cuando su fama empezaba y el inmueble era más bien modesto. La cocina, sus sabores, sus platillos, siempre han sido espectaculares, sobre todo los especializados en el género porcino, pero el muy porfirista restaurante mexicano ‘Prendes’, o el ‘Bellinghaussen’ en sus mejores años, o hasta el ‘Les Moustaches’ no le hubieran pedido nada a aquel embrionario ‘Au Pied de Cochon’ de París a finales del siglo XX”.
Y ya “entrados en las mimosas” a base de champaña Dom Pérignon, alguno de los otros comensales le preguntó al diputado Haces Barba sobre la supuesta extorsión de la que han sido objeto empresarios de la región de La Laguna, en las inmediaciones de Coahuila y Durango, por parte de supuestos dirigentes locales de la CATEM en la región, que conurba las ciudades de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, estas últimas insertas en la geografía de Durango y la primera, en el estado de Coahuila.
Pedro Haces se llenó de indignación ante la sola pregunta. Y no es para menos, nos hizo ver claramente, que muchas de las razones que esgrimen desde la oposición mexicana de hoy en día responden a la inercia que responde sin argumentos, solo con la ira y el afán contestatario de renegar sin analizar la información con objetividad. Ciertamente, en un plan franco de repetir todos los estereotipos y sofismas de los líderes más visibles de la oposición que, por lo regular –aunque hoy no sea la regla– no usan argumentos… son muy superficiales y emocionales en sus críticas.
“A la central que yo dirijo, la CATEM, se le ha querido endilgar el símil de la casi desaparecida CTM, lo cual me parece ofensivo, pues su acción política ha demostrado en tan poco tiempo que lleva activa, ser inversamente proporcional a las metas y propósitos que se propuso el añejo brazo obrero del priismo dorado”, estableció Haces.
“Por eso en política, estimados amigos ‘haces de tripa, corazón’ para navegarte en armonía”, acotó.
Asimismo, dejó entrever que, no obstante que sea él un crítico deliberado de la CTM, a la que también perteneció y en la que hizo grandes amigos, con quienes todavía mantiene una relación amistosa y respetuosa, él no es un nuevo Fidel Velázquez, “dicho sea esto con todo respeto” para la memoria del líder sindical.
“Yo en cinco años me voy a disfrutar de mi vejez. Me propuse llegar a los sesenta y cinco años siendo un dirigente nacional consolidado. Ya me pasé cinco años de mi meta. Pero, bueno, creo que en cinco bien podría yo dejar consolidados algunos proyectos para el organismo que dirijo… Hay que dejarles el lugar a las nuevas generaciones”, sentenció.
“Nosotros, en la CATEM, encabezamos un sindicalismo democrático y por nada del mundo puedo aceptar que se me calumnie ni a la central que represento con la existencia de esos supuestos actos de extorsión de parte de nadie absolutamente, mucho menos de dirigentes locales de nuestra organización. Yo estoy pidiendo a la prensa, a la sociedad afectada, por esos supuestos hechos. A quien sepa quiénes fueron y que por favor los denuncie. Ya afrontaremos como organización las consecuencias formales y que nos indique también quiénes fueron para proceder nosotros mismos”, señaló enfático.
Haces Barba insiste en que materialmente ha vivido en la región de La Laguna en los últimos días, tratando de indagar a ciencia cierta cómo estuvieron los supuestos actos de extorsión de parte de sindicatos agremiados a su central y que ha difundido en numerosos espacios radiofónicos y televisivos su teléfono celular personal, para que la gente le hable y le denuncie personalmente el ilícito. Pero nadie ha hablado para concretar una denuncia coherente y real sobre cómo estuvieron los hechos por lo que se pronuncia porque se establezca la responsabilidad de esos hechos.
“Hoy debemos hacer un frente común con el gobierno de la presidenta Sheinbaum, para fortalecerla en sus negociaciones económicas, con miras desde luego a la renegociación del T-MEC”, dijo Pedro Haces.
“Debemos ayudarle al gobierno de Sheinbaum a empujar con todo para que las empresas se queden en México”, aseguró sustentando lo anterior en que Claudia Sheinbaum tiene en el secretario Marcelo Ebrard un gran baluarte y apoyo. Lo reiteró así a lo largo de su intervención en este desayuno.
Y también reiteró: “La presidenta Claudia Sheinbaum es una estratega muy brillante… Ya lo reconocerá el país”.
“Aunque tenemos confianza en que el próximo 2026, año de la renegociación del T-MEC será un muy buen año, hay que ayudarle a la presidenta, haciendo un bloque sólido y unido todos los mexicanos para respaldarla”. Ese es mi papel como representante de un nuevo sindicalismo de carácter democrático: Armonizar los factores de la producción… Más bien dicho, armonizar las relaciones y las estructuras de producción de nuestro país”.
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