Las casas encuestadoras a tres años de que se instaló el gobierno de izquierda del presidente López Obrador, siguen mostrando una tendencia altísima de aceptación a favor del mandatario federal; incluso, el porcentaje holgado de popularidad sería la premisa que anticipa la revocación de mandato el próximo 10 de abril, con altos indicadores de legitimidad en beneficio de Andrés Manuel.

Ese testimonio mostrará evidentemente el pulso de la inmensa mayoría de mexicanos que, en 2018, votamos por el proyecto de la Cuarta Transformación y, asimismo, dejamos claro el hartazgo generalizado que, durante décadas, acumuló el sistema neoliberal. Ese lastre que padecimos con más de 70 años del priismo y 12 del panismo, fueron desastrosos. La ignominia avanzó porque el país nunca prosperó, sino se estancó, incluso, retrocedió en temas de salud, economía, educación y desarrollo; pero lo grave de eso, fue que se arraigó la corrupción: una loza que sigue dejando manifestaciones.

Por ello, a más de tres años que el presidente López Obrador se instaló en Palacio Nacional, se dio un giro sustancial que marcó el inicio de una nueva era institucional y democrática. En tanto que ese periodo ha marcado la pauta de una innovadora visión que prioriza las necesidades y carencias de los sectores populares más necesitados; asimismo, un esquema innovador en la conformación de una agenda integral que atiende al sector campesino, obrero, industrial, de igual forma, al gremio magisterial con un nuevo paradigma educativo, con los ajustes al artículo 3° de la Constitución.

A pesar de todo eso, destacamos la congruencia de un gobierno que, antes de cualquier aspecto, es cercano a la población de México; asimismo, demostró que la intensa lucha social y el estricto apego a sus principios de no claudicar ni rendirse frente a las adversidades, fueron la clave del éxito. Esos atributos son la premisa de un hombre tenaz y carismático que ha defendido con personalidad las causas justas del pueblo.

Su liderazgo es natural. Esa dote la mostró desde la construcción de la incipiente lucha por la democracia. Esa poderosa razón nos inspiró a muchos que, durante años, hemos acompañado la visión política de un hombre incansable.

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Recordé la etapa del 2006 y 2012, pero con gran anhelo la del histórico 2018.

Su capacidad de liderazgo me motivó, desde hace 20 años, a seguir alimentando una esperanza de un México distinto. Por esa sencilla razón, ¡sigue siendo un honor estar con Obrador!

En esta primera mitad del gobierno de AMLO se consolidó el proyecto de la Cuarta Transformación. Esa alternativa política-social se expandirá en 2022 con el tsunami morenista.

La derecha está derrotada.

Primero son los pobres. Eso quedó clarísimo.

La política de AMLO es en favor de la sociedad más vulnerable. Fiel a su estilo, su visión está ligada a cumplir con su anhelado proyecto de Nación que sembró desde que se instaló en el escenario público.

Por ello, hoy por hoy y desde hace más de 20 años ¡es un honor estar con Obrador!

La tercera fue la vencida.