El presidente del banco UBS, Axel Weber, afirmó que la institución, la principal en Suiza, tiene una política de 'cero tolerancia' con los banqueros que ayudan a sus clientes a evadir impuestos.

 

Weber reaccionó a acusaciones de funcionarios fiscales alemanes y de políticos de izquierda en relación a que la banca helvética ayuda a clientes alemanes a trasladar sus activos de Suiza a las jurisdicciones de Asia, especialmente Singapur.

 

UBS ‘exige que los empleados que realizan gestiones transfronterizas cumplan con los fundamentos jurídicos, entre ellos el acuerdo fiscal entre Alemania y Suiza... Cualquiera que se desvía es severamente sancionado’, dijo Weber al diario alemán Handelsblatt.

 

Para evitar que suban las tensiones y poner fin al conflicto de intereses, los dos países firmaron un acuerdo que busca imponer un impuesto retroactivo sobre los fondos sin declarar al tiempo que se preserva el controvertido secreto bancario.

 

Sin embargo, el acuerdo todavía no ha sido ratificado por el parlamento alemán.

 

En este sentido, el banco suizo Julius Bär denunció el domingo al diario suizo-alemán SonntagsZeitung otro robo de datos de clientes que podrían haber aprovechado el secreto bancario para eludir impuestos en Alemania.

 

‘Según lo que sabemos, ese es el caso’, afirmó el consejero delegado de la entidad bancaria, Boris Collardi.

 

‘Como parte de nuestros controles reforzados y a través de una investigación interna, descubrimos recientemente un caso de mal uso de datos y pudimos identificar al supuesto ladrón’, señaló.

 

Suiza y Alemania llevan años inmersos en una disputa sobre la evasión fiscal, especialmente cuando en varias ocasiones las autoridades alemanas han comprado datos robados de cuentas bancarias.

 

Según el SonntagsZeitung, aún se desconoce el monto de la suma que recibió el sospechoso de haber robado los datos de las cuentas, quien al parecer era un empleado bancario que trabajaba en Zúrich, que ya fue despedido y ha sido detenido.

 

Julius Bär accedió en 2011 a pagar a las autoridades alemanas de Hacienda 50 millones de euros para cerrar una investigación tributaria y si el acuerdo con Suiza entra en vigor, Alemania ha prometido dejar de comprar datos filtrados que identifican a los evasores.