Washington, 23 de febrero (EFE).- Después de que el Gobierno de Estados Unidos haya dicho que podría considerar "medidas adicionales" para ayudar a los rebeldes si no se alcanza una solución política al conflicto sirio, una información de la CNN apunta que algunos países árabes están proporcionando armas a la oposición al Gobierno de Bashar Asad.

 

Las fuentes diplomáticas citadas por la cadena estadounidense, sin embargo, no identifican a los estados que estarían armando a los disidentes.

 

La comunidad internacional acudirá este viernes a la reunión del grupo 'Amigos de Siria' que se celebrará en Túnez con el objetivo de buscar un marco de acción para presionar al régimen de Damasco, pero sin contemplar una intervención militar en el país.

 

Las posturas de los distintos organismos internacionales y de los principales países involucrados en resolver este conflicto son dispares, aunque coinciden en el rechazo por el momento de una intervención al estilo de la realizada en Libia.

 

El bloqueo en el Consejo de Seguridad de la ONU de China y Rusia a la hoja de ruta diseñada por la Liga Árabe para una transición en Siria ha forzado a buscar otras alternativas, entre las que figura el envío de una fuerza de paz propuesto por la organización panárabe. Según las autoridades tunecinas, Rusia ha declinado la invitación a la conferencia, mientras que China ha mostrado sus reservas.

 

Desde Londres, donde participó en la conferencia internacional sobre Somalia, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, pidió que la comunidad internacional supere las negativas de Rusia y China y pase a la "acción".

 

Según datos de la ONU no actualizados por las dificultades para acceder al país, hasta mediados de enero habían muerto en Siria más de 5.400 personas, de los que 400 eran menores.

 

Los opositores sirios calculan que son más de 8.500 las personas que han perdido la vida por la represión gubernamental desde el inicio de las protestas a mediados de marzo pasado, mientras que el régimen del presidente Bashar Al Asad culpa a supuestos grupos terroristas de estar detrás de la violencia.