Kabul, 25 feb (EFE).- Dos militares de Estados Unidos murieron hoy tiroteados dentro de la sede del Ministerio afgano del Interior, mientras en diversos puntos de Afganistán se registraron nuevas protestas con víctimas por la quema de ejemplares del Corán en una base estadounidense.

Medios locales afirmaron que los dos fallecidos son un mayor y un coronel del Ejército de Estados Unidos, y también que en algún momento se produjo una "discusión verbal" entre las víctimas y el agresor, aunque no llegaron a identificar sus fuentes.

"La identidad del agresor todavía no está clara", aseguró a Efe el jefe de la brigada criminal de Kabul, Mohamed Zahir.

Tras diversos rumores, la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) emitió un escueto comunicado en el que reconoció que un "individuo dirigió su arma" contra miembros de la Alianza en Kabul, y que "mató a dos de ellos".

Las fuerzas de la OTAN procedieron a rodear por la tarde las instalaciones de Interior y no permitían el paso de personas, informó el canal televisivo privado Tolo News, y el ministerio de Interior ha anunciado ya una investigación.

Afganistán lleva cinco días sumido en una violenta ola de agitación civil que se ha cobrado las vidas de al menos 27 personas, después de que se conociera públicamente que varios coranes fueron quemados en la mayor base estadounidense del país, Bagram.

La misión de la OTAN ha calificado los hechos como no intencionados, ha pedido disculpas -como también lo ha hecho el presidente estadounidense, Barack Obama-, y ha iniciado una investigación conjunta con el Gobierno afgano sobre lo sucedido.

Sin embargo, por el momento las llamadas a la calma no han surtido efecto y hoy se convocaron por quinto día consecutivo manifestaciones -aunque no todas violentas- en las regiones de Sar-e-Pul, Paktia, Logar, Paktika, Nangarhar, Laghman y Kunduz.

En Laghman salieron a la calle unos 1.000 manifestantes que se enfrentaron a la Policía, en unos disturbios que dejaron dieciséis heridos -dos de ellos, en estado crítico-, dijo a Efe el portavoz del Gobierno regional, Zargul Persarlai.

Pero los sucesos más graves tuvieron lugar en Kunduz, provincia situada en el norte del país, donde cientos de manifestantes fueron reprimidos violentamente cuando trataban de asaltar el cuartel de la Policía y unas oficinas de la ONU en la capital provincial.

El subjefe de la Policía de Kunduz, Ghulam Muhammad Farhad, confirmó a Efe que en los disturbios murieron dos manifestantes y que nueve personas más -de ellas, tres policías- resultaron heridas.

Horas más tarde, otra fuente policial provincial dijo haber recibido órdenes de Interior para no proporcionar más cifras de víctimas en las protestas, que se han extendido por gran parte del país con convocatorias que van desde cientos a miles de personas.

Además, el escenario se ha visto complicado con la irrupción en la crisis de los talibanes, que hace unos días emitieron un comunicado en el que pedían a los soldados y policías afganos que atacaran con sus armas a los fuerzas internacionales.

Entre las víctimas mortales de estos días hay de hecho dos militares de la misión de la OTAN que fueron tiroteados por un soldado afgano en la provincia oriental de Nangarhar en el transcurso de una de las manifestaciones.

A última hora de la tarde, la organización militar no había todavía explicado si la causa del tiroteo en el Ministerio de Interior guardaba relación con la polémica de la quema del Corán, un asunto muy sensible para los afganos.