El Cairo, 26 feb (EFE).- El juicio contra 43 trabajadores de organizaciones no gubernamentales (ONG), 19 de ellos estadounidenses, arrancó hoy en Egipto sin la presencia en el banquillo de los acusados extranjeros.

Solo catorce egipcios comparecieron ante el juez, que decidió reanudar el proceso el próximo 26 de abril para dar tiempo a que las partes examinen y preparen el expediente de la causa, informaron a Efe fuentes de seguridad.

El abogado defensor Sarwat Abdelshahid precisó que los acusados extranjeros no acudieron a la sesión del juicio porque no les llegó ninguna notificación judicial al respecto.

Además de permitir la revisión del expediente, el juez del Tribunal Penal de El Cairo solicitó que el Ministerio de Justicia envíe a varios traductores para los procesados extranjeros.

La sesión de hoy fue meramente procedimental, ya que en ella se leyeron los cargos contra los acusados y se presentaron las partes.

La televisión estatal egipcia ofreció imágenes en directo de algunos acusados mientras permanecían sentados en la jaula donde suelen colocarse los inculpados en los juicios y escuchaban las acusaciones que contra ellos enumeraba el fiscal.

Entre los imputados, figuran ciudadanos de distintas nacionalidades como egipcios, jordanos, serbios, alemanes y noruegos, además de estadounidenses.

Abdelshahid explicó que las ONG a las que pertenecen los acusados son cuatro estadounidenses -el Instituto Internacional Republicano, el Instituto Nacional Demócrata, Freedom House y el Centro Internacional para Periodistas- y la Fundación alemana Konrad Adenauer.

Los 43 trabajadores están acusados de crear y gestionar organizaciones internacionales sin el permiso gubernamental y de recibir fondos del extranjero ilegales para llevar a cabo actividades políticas.

El letrado de la defensa apuntó que treinta de los acusados, que se enfrentan a penas de hasta cinco años de cárcel, se encuentran en Egipto, mientras que el resto ha abandonado el país.

Entre los primeros figura el hijo del secretario de Transportes de EEUU, Sam Lahood, responsable del Instituto Internacional Republicano en El Cairo, al que las autoridades egipcias prohibieron salir de Egipto a finales de enero pasado.

"La Fiscalía alega que algunos han escapado, pero la realidad es que nunca fueron citados. Algunos estuvieron aquí por las elecciones parlamentarias y luego se marcharon normalmente", destacó Abdelshahid.

El abogado, que representa a Freedom House y al Centro Internacional para Periodistas, agregó que sus clientes llevan trabajando en Egipto desde 2004 y nunca habían recibido objeciones, a pesar de que las autoridades conocían sus actividades.

En cuanto a la supuesta captación de fondos extranjeros, los inculpados "no recibieron dinero procedente de estados", sino de las sedes centrales de las organizaciones para las que trabajan, según Abdelshahid, que negó que se dedicasen a actividades de índole política.

Este caso ha tensado las relaciones entre Egipto y Estados Unidos, que ha amenazado con revisar la ayuda al país árabe en un momento en que este vive un periodo de crisis económica e incertidumbre política tras la revolución que en febrero de 2011 desbancó del poder al presidente Hosni Mubarak.

Egipto es el segundo receptor de ayuda militar estadounidense por detrás de Israel y recibe 1.300 millones de dólares anuales, además de 250 millones en asistencia económica.

Pese al riesgo de perder esta cuantiosa donación y las continuas visitas de dirigentes estadounidenses en las últimas semanas, las autoridades egipcias parecen haber mandado un mensaje a EEUU para que no se inmiscuya en sus asuntos internos, según coincidieron varios expertos consultados por Efe.

Según los analistas, la Junta Militar egipcia -que dirige el país desde la caída de Mubarak- no ve con buenos ojos que Washington destine grandes sumas al país tras el triunfo de la revolución que no siempre llegan al Estado, sino que acaban en manos de las ONG.

Estas organizaciones de derechos humanos, por su parte, denuncian una campaña de las autoridades para desprestigiarlas y esquivar sus críticas.