El Senado de la República aprobó una reforma que prohíbe el uso de animales en pruebas cosméticas, con penas hasta de 7 años de cárcel para quienes realicen, autoricen o conduzcan este tipo de prácticas.

La reforma fue avalada con 103 votos del Senado, es decir, por unanimidad, y modifica a la Ley General de Salud con el fin de prohibir las pruebas de cosméticos en animales.

En específico, la reforma prohíbe las pruebas de cosméticos en animales, sea de productos cosméticos finalizados, sus ingredientes o la mezcla de estos.

Además también se prohíbe que se fabriquen, importen y vendan productos que fueron probados en animales. Esta práctica sólo se permitirá si no existen métodos alternativos que se validen por la comunidad científica o internacional, o cuando sea necesario atender requisitos regulatorios de otros países, indica la reforma aprobada por el Senado.

Castigo por probar cosméticos en animales

Si alguien violenta la ley, recibirá una pena de entre 2 a 7 años de prisión, con multas de 200 a 2 mil Unidades de Medida y Actualización (UMAs). Esto aplicará tanto para quienes hacen las pruebas, como para quienes participan en ellas, las conducen y desarrollan.

Aunado a esto, también se asegurarán remedios herbolarios, suplementos alimenticios y productos cosméticos que se publiciten como medicina o reciban efectos terapéuticos que no tienen.

Verónica Delgadillo, senadora de Movimiento Ciudadano, elogió que la reforma servirá para erradicar la crueldad animal, ya que las pruebas de cosméticos en animales pueden ser nocivas para las especies.

Ricardo Monreal, senador de Morena, pidió el voto de todos los senadores, considerando que la reforma “es histórica”.

La reforma aprobada por el Senado fue turnada al Poder Ejecutivo con el fin de que se publique y comience a tener validez.

La experimentación cosmética en animales es una práctica que está dejando de tener adeptos. Desde 2003 la Unión Europea prohibió la prueba de estos productos en los animales.

Regularmente se utilizan conejos, ratas, ratones, cobayas y otros mamíferos para probar productos y sus reacciones como irritación de piel y ojos, toxicidad, mutagenicidad y carcinogenicidad.