El obispo de la diócesis local, Felipe Arizmendi Esquivel calificó la boda celebrada este sábado entre la cantante Anahi y el Gobernador de Chiapas Manuel Velasco, de una noble y digna sencillez.

El enlace matrimonial ?se llevó a cabo en un ambiente sereno, pacífico y sin alteraciones externas, con una noble y digna sencillez, con la participación de sólo unas 60 personas, la mayoría familiares de los novios, en un espíritu religioso y no mundano. No fue un espectáculo social ni político, sino una celebración litúrgica?, dijo Arizmendi Esquivel, quien los casó en la catedral de San Cristóbal.

En un comunicado dijo que desde hace meses se empezó a preparar la boda religiosa, por lo que se hicieron todos los trámites normales: la presentación de los contrayentes y de sus documentos, la declaración de los testigos, las pláticas presacramentales basadas en la Biblia, y la averiguación que pide la Iglesia sobre su libertad y soltería?, aseveró.

Comentó que Anahí ?no estaba confirmada y, previa la debida catequesis, recibió antes su confirmación? y luego ?ambos recibieron el sacramento de la confesión?.

Al abundar sobre dicho evento comentó que la boda se celebró a las ocho de la mañana.

Agregó: ?La boda se inició con las puertas cerradas de la catedral para lograr un ambiente sereno, pero al final se abrieron y los nuevos esposos salieron por la puerta principal, donde recibieron la aclamación de algunas personas que se habían congregado?.

El obispo sostuvo que ?el primer proyecto era que la orquesta sinfónica de Tuxtla Gutiérrez interpretara diversas melodías, de tipo clásico y otras de tipo sentimental. Con su director, hicimos varios ajustes, para que la boda no fuera como un concierto o un espectáculo, sino una celebración de fe. No vino dicha orquesta, sino que participó la marimba de la Familia Díaz, muy profesional, con cantos netamente litúrgicos y chiapanecos, que crearon un ambiente de oración y de fe. Los adornos florales fueron unos sencillos alcatraces?.

Manifestó que ?los novios estaban muy nerviosos antes de la celebración, pero el ambiente religioso que se creó los fue serenando y disfrutaron la celebración, no como un evento social y político, sino como un sacramento que ambos deseaban de corazón. Al final, sus nervios estaban distendidos y se les veía felices, disfrutando el momento?.

Expresó que ?algunas personas se mostraban poco afectas a que un servidor presidiera esta boda, porque aducían que se podría interpretar como un compromiso político de nuestra diócesis con el gobierno, pero les hice ver que los dos contrayentes son católicos, que solicitaron la celebración como un sacramento de la fe, y que pedían la bendición sacramental para su vida matrimonial. No es un acto político partidista y no crea dependencia de la Iglesia con el Estado; se mantiene la debida separación?.

Por ello, abundó, ?con gusto accedí a la petición de los novios, pues ambos tienen derecho a celebrar su fe y a profesarla, también para dar testimonio de su creencia en el ambiente social, político y artístico en que se mueven?.

Arizmendi Esquivel señaló que los contrayentes lo invitaron a desayunar con ellos novios y sus invitados, ?pero no pude aceptar porque en seguida tenía un compromiso con una comunidad indígena tzeltal de Tenejapa y me dirigí de inmediato hacia allá, para atender a mis prioridades pastorales?.

Subrayó: ?La Iglesia a nadie excluye, y tratamos de atender pastoralmente a todos los creyentes, ricos y pobres, santos y pecadores, de cualquier color partidista. El corazón misericordioso de Dios se debe reflejar en una actitud abierta ante todos los fieles?.

Dijo que ?no faltan personas que, en las redes sociales, difunden todo tipo de interpretaciones y de ofensas sin fundamento. Procuremos no colaborar a este ?terrorismo? de habladurías y evitemos reenviar cuanto nos llegue, si es que daña a la comunidad y destruye la buena fama de las personas?.