México.- Diana Elizabeth Villafañez Santín, de 55 años de edad, fue asesinada el 30 de julio de 2017 en la colonia Vista Hermosa, alcaldía Cuajimalpa en la Ciudad de México. A más de 2 años del feminicidio, la investigación sigue abierta, aunque sin avances y en riesgo de quedar impune debido a omisiones de diferentes autoridades de la capital, denuncia su hijo, Arturo Irabién Villafañez.

El cuerpo de Diana fue encontrado cerca de la carretera México-Toluca. Tenía golpes en todo el cuerpo y no llevaba sus pertenencias, por lo que fue difícil contactar a algún familiar de manera inmediata. Diana fue estrangulada con su propio cinturón y cerca hallaron un candado y las llaves de un domicilio.

Diana Elizabeth Villafañez Santín.

De acuerdo con Arturo, el proceso judicial por el feminicidio de su mamá no avanza debido a una larga lista de negligencias institucionales para tratar el caso. Una de las primeras violaciones al proceso fue en la necropsia pues no se realizó correctamente y dejaron de lado analizar los restos de sangre y de ADN que la víctima presentaba en su ropa y uñas. Dichos estudios apenas fueron solicitados, después de 2 años.

En entrevista con SDPnoticias, Arturo Irabién cuenta que desde la apertura de la investigación recibió malos tratos de persona de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX) pues le negaron uno copia de la carpeta de investigación y no tuvo asesoría jurídica; tampoco solicitaron las cámaras de seguridad cercanas a las últimas ubicaciones de Diana. 

Los primero meses después del feminicidio, Arturo se dedicó a buscar pruebas para detener a los posibles responsables, todo sin ayuda de las autoridades y arriesgando su integridad, pues él proporcionó nombres, direcciones, fotos y testigos, mismos que en su momento no fueron integrados a la carpeta de investigación, retrasando el acceso a la justicia para la familia.

Diana Elizabeth Villafañez Santín.

“Todo está plagado de negligencia, nunca hay personal, todos están en cursos o se van de vacaciones. Tengo los mensajes de sus negativas al caso. Lo que quisiera es que se hicieran responsables, que dejen de poner pretextos. Sé que no es el çunco caso pero pido que no quede estancada la investigación del feminicidio de mi mamá”.

Arturo Irabién Villafañez

Entre otras omisiones los largo de 2 años y 2 meses, el caso de Diana se ha quedado sin Ministerios Públicos responsables y sin policías de investigación; lapsos de meses sin ningún avance; nula comunicación entre víctimas y autoridades; criminalización de testigos y revictimización contra la familia; además de falta de compromiso los últimos meses de la investigación por parte de asesoras jurídicas. 

Diana era víctima de violencia de pareja

Arturo vio a su mamá por última vez una semana antes del feminicidio. Fueron a comer, y aunque no la veía seguido, sí hablaban y se contaban muchas cosas diariamente. Por ello, él sabía que su mamá era víctima de violencia por parte de su pareja sentimental, identificado como Antonio “N”, pero no consideraba que fuera una situación de gravedad.

“Yo no la veía mucho debido a su relación abusiva que mantenía, sabía que la maltrataba y le decía que lo dejara pero no me hacía caso. Días después de su asesinato, los vecinos dijeron que diario tenían peleas fuertes, a veces escuchaban gritos toda la noche. Todos sabían de la violencia”.

Arturo Irabién Villafañez

De acuerdo con el hijo de Diana, Antonio “N” tenía antecedentes de conflictos complicados, además de que era una persona adicta a sustancias ilegales y al alcohol; sin embargo, su versión y las pruebas, lo descartaron como responsable del feminicidio, pues la última vez que vio a la víctima fue el 28 de julio, dos días antes de los hechos.

La mañana del 28 de julio, Diana salió de su casa en Iztapalapa con dirección a su trabajo en una casa en renta de la compañía Airbnb, en la colonia Condesa. Ella le había advertido a Antonio que no iba a regresar por la violencia en su contra, y así fue. Al siguiente día, de acuerdo con la ubicación de su celular, se pudo comprobar que la víctima no se movió de del inmueble donde laboraba.

Para el sábado 29 de julio, Diana se habría reunido con otras amistades en la colonia Roma Sur, mismo lugar donde la vieron con vida por última vez.

Implicados en el caso y su relación con el feminicidio de Diana

Arturo Irabién relató que su papá falleció cuando él tenía 4 años de edad. Su mamá, de 24 años en ese momento, se deprimió y comenzó a adquirir “malas amistades”, entre ellas a un hombre identificado como Lauro “N”(*), quien hasta ahora podría ser el posible responsable de su feminicidio pues las llaves que encontraron junto al cuerpo de Diana, correspondían a las de su domicilio.

Diana Elizabeth Villafañez Santín.

Aunque la Fiscalía de Feminicidios ya descartó la participación de Lauro “N”(*) en este hecho, Arturo no está tan convencido pues las pruebas que se hicieron únicamente fueron para cotejar un rastro de saliva hallado en el cuerpo de Diana con los posibles responsables; pero no se han tomado en cuenta la sangre y restos de piel que también estaban en la víctima.

El principal sospechoso para Arturo sigue siendo Lauro porque él fue la última persona que vio a su mamá con vida, porque tenían una relación de confianza y porque testigos declararon que el último lugar donde estuvo la víctima fue su casa. Una persona más, Alexis “N”(*), podría estar implicada pero tampoco se han realizado las investigaciones correspondientes para descartar su participación.

Un mes después, Diana cumplía 56 años

Diana Elizabeth era originaria de Veracruz pero llegó a la Ciudad de México a los 14 años; un mes después del feminicidio, el 31 de agosto cumpliría 56 años. Siempre celebraba preparándose mole porque creía que cocinar, desde la perspectiva de su hijo, era la manera de trasmitir amor a los demás.

“Lo que más daba felicidad de mi mamá era su sonrisa, siempre tenía algo bueno que decirle a las personas y buscaba lo bonito en tí. Nunca la veías llorando, de mal humor o triste, y ahora supongo que esa era su manera de contrarrestar el infierno de violencia que vivía”.

Arturo Irabién Villafañez
Diana Elizabeth Villafañez Santín.

A más de 2 años, la exigencia de Arturo a las autoridades es justicia. Aunque también pide empatía con las familias porque “puede ser su familiar”, les dice a los funcionarios que se pongan en el lugar de las víctimas, que sean respetuosos, amables en los procesos y que no dejen para después las diligencias porque “lo que queremos las víctimas son resultados”.

(*) Los nombres de Lauro y Alexis son ficticios a solicitud de la víctima indirecta para no entorpecer el proceso judicial del feminicidio.