México.- Un alto funcionario en Estados Unidos considera que el migrante salvadoreño que se ahogó junto a su hija al intentar cruzar el río Bravo, en la frontera entre Estados Unidos y México, es culpable de las dos muertes.

A Ken Cuccinell, director interino de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración estadounidense pareció no conmoverle la fotografía que circuló por todo el mundo de padre y la hija que yacen bocabajo en las aguas de la orilla del río Bravo.

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En medio del lodo, se ve cabeza de Angie Valeria, de dos años de edad, metida en la camisa oscura de su padre, Óscar Alberto Martínez, de 25 años... un brazo de la bebé está colocado sobre el cuello de él.

Ese padre no quería esperar

Ken Cuccinelli fue cuestionado por Erin Burnett, de CNN, si le preocupaba que la imagen se volviera un emblema de la política de inmigración del gobierno a lo que el funcionario respondió tajante que no, sino que por el contrario:

Resaltó que no solo murió él, “sino que su hija también murió trágicamente”, por lo que dijo que “hasta que eliminemos los atractivos en nuestro sistema de asilo, las personas como ese padre y esa niña van a seguir haciendo viajes peligrosos”.

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Murió mientras intentaba salvar a la niña

CNN destaca que Cuccinelli es parte de la “línea dura” del equipo de inmigración que se sumó a la administración del presidente Donald Trump a principios de junio.

La opinión del funcionario es contraria a lo que afirman los familiares del migrante, pues su madre, Rosa Ramírez, dijo a CNN que el joven falleció cuando intentaba salvar a su hija.

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En tanto, Tania Vanessa Ávalos, esposa de Óscar y madre de Angie Valeria, contó al diario La Jornada que su familia estaba cada vez más desesperada. 

En el campamento en el que se encontraban en Matamoros, Tamaulipas, las temperaturas alcanzaban los 40 grados y la familia esperaba para presentarse en un puerto de entrada de Estados Unidos y buscar asilo, contó.

Óscar tomó a Valeria en sus brazos y entró al agua

Más de 2 mil migrantes esperaban buscar asilo a fines de mayo, “en condiciones de hambre y hacinamiento” y según el diario mexicano, los agentes de Estados Unidos concedieron un promedio de tres citas por semana.

La familia se encontraba en el campamento desde el domingo.

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Ávalos relató que Óscar Alberto nadó con la niña en brazos hacia el otro lado y llegó a tierra firme, donde dejó a su hija. Luego, regresó y se dirigió a Tania.