La Patrulla Fronteriza de Seattle, en Estados Unidos, frenó la entrada de más de 11 mil Labubus falsos valuados en más de 500 mil dólares, es decir, 9 millones 353 mil 625 pesos.
Según las autoridades, estos operativos contra los “Labubus falsos”, a los que se refieren como “Lafufu”, responden a que pueden presentar riesgos a la seguridad por no saberse las circunstancias en las que fueron fabricados.
Esta tarea no ha sido fácil, debido en parte a la alta demanda de estos muñecos de felpa que se han ganado el corazón de millones, fabricados originalmente por la empresa China de Pop Mart, desde 2019.
Decomiso de Labubus falsos en Estados Unidos abren debate: ¿Debería haber regulación en México?
Los Labubus falsos son todo un tema de debate para Estados Unidos, pues mientras unos festejan el golpe a la piratería, otros cuestionan que la falsificación de los muñecos permite a los sectores vulnerables ser parte de la “tendencia”.
Lo cierto es que para la empresa líder, Pop Mart, la piratería representa un riesgo a sus ganancias, las cuales cayeron hasta un 10% durante el último mes a causa principalmente de la piratería.






En el caso de México, los Labubus falsos se venden sin restricciones en mercados, tianguis e incluso plazas, por costos que van desde los 500 pesos hasta mínimos de 80 pesos.
Aunque la calidad no es la misma, son miles de mexicanos los que prefieren pagar esos precios por estar muy por debajo de un Labubu original de la marca Pop Mart, los cuales se venden desde 900 pesos hasta los 15 mil pesos.
Mientras Estados Unidos combate a los Labubus falsos por temas de piratería y protección de marca, en México y en América Latina el consumo de productos falsificados responde a causas aún más profundas.
No solo la piratería es el problema: Labubus falsos podrían ser dañinos
Los Labubus falsos no solo alarman a la marca Pop Mart, pues las autoridades de Estados Unidos advierten riesgos para la seguridad y sustancias químicas potencialmente peligrosas en los Lafufus.
Según los funcionarios, estos Labubus falsos podrían terminar en tragedia, pues su mala calidad podría representar riesgo de asfixia al no estar sujetos a las revisiones de calidad mínimas.
