Ghost Recon: Wildlands es tal vez el juego más difícil que nos ha tocado reseñar; por en términos de sistema de juego, sino por la temática que maneja y cómo esta no puede separarse de nuestro contexto político-social; que podría causarnos un poco de escozor por la manera, hasta cierto punto reduccionista, en que se toca el tema. Sin embargo, si nos quitamos esa idea de la mente y tomamos al juego como una obra de entretenimiento puro, caemos con que Ubisoft nos ha dado un título sólido en casi todos los sentidos, que entretendrá hasta a aquellos que no son adeptos a la narcocultura. 

El juego nos muestra al cártel mexicano de Santa Blanca, el cual se ha trasladado a Bolivia controlando prácticamente todos los aspectos del país. El fallo de una operación encubierta para desarticular a la organización provoca que el equipo Ghost de Estados Unidos intervenga de manera directa, su objetivo será acabar de una vez por todas con Santa Blanca y todos sus operativos, incluido su líder, El Sueño.

Desde que pones el juego se puede ver la plasticidad del mismo, pues construyes a tu personaje con el editor, el cual cuenta con diversas opciones físicas y de vestuario que te tendrán ocupado por varios minutos; lo mismo aplica para las armas, estás se pueden ajustar con diversas piezas que encontramos a lo largo de nuestra aventura, lo cual mejorará aspectos de todas ellas, recaerá en ti qué es lo que quieres mejorar de acuerdo a tu estilo de juego.

Si bien el objetivo primordial es desestabilizar a Santa Blanca, tendrás la oportunidad de apoyar a los rebeldes o firmar alianzas con otros; esto mediante diversas misiones secundarias.  El contar con el respaldo de estos te servirá para tener enfrentamientos más sencillos, pero sobretodo, para adquirir nuevas mejoras. Estas dependerán de los recursos que hayas encontrado (comida, armamento, computo, etcétera), así como los puntos de habilidad, los cuales los obtienes al terminar ciertas misiones o repartidos en las diversas zonas de Bolivia.

Ahora bien, el juego puede completarse de manera solitaria o en multijugador; de la primera manera, deberás de ordenarle a tus compañeros qué hacer: moverse a cierta zona, reagruparse, esperar, atacar o hacer un disparo sincronizado; si eres muy buen comandante, puedes reducir a todo un escuadrón enemigo sin siquiera moverte de tu lugar, sólo mandando las órdenes adecuadas. Asimismo, si la estrategia se rompe, es un alivio que la IA está lo suficientemente desarrollada como para brindar la ayuda adecuada, dispararán cuando se le requiera y te reanimarán cuando pierdas el conocimiento.

Si optas por lo segundo, el juego se vuelve una fiesta, en el mejor sentido de la palabra; en serio, no hay nada mejor que juntarte con un grupo de amigos para hacer las tácticas más locas que haya visto título alguno de Ghost Recon. Eso sí, a pesar de la locura que pueden desatar, siempre será importante tener una muy buena comunicación entre cada miembro del grupo, para asegurar la victoria. He aquí donde se puede encontrar un punto flaco, si no te logras poner de acuerdo con los otros, la experiencia se torna por demás frustrante, donde cada quien hace lo que quiere y lo último que importa es la misión en sí misma. Lo ideal será hacer equipo con gente que conozcas o con personas que tengan el mismo interés para con el juego. Lo bueno es que puedes entrar y salir del multijugador a placer, por lo que puedes probar si este se acomoda a ti o prefieres ser un lobo solitario.

Por otra parte, el juego fue vendido como el mundo abierto más grande y ambicioso en la franquicia; y es cierto, Ubisoft recreó de manera fiel todas y cada una de las regiones de Bolivia, encontrarás desde montañas llenas de bosques, hasta ríos caudalosos y una que otra zona desértica; sin olvidar los civiles, flora y fauna que le dan vida a todos los ambientes, dando una sensación de verosimilitud en cuanto a la construcción de este universo.

Lamentablemente, toda la bella arquitectura de este edificio se rompe al dar cuenta de que no hay mucho contenido; aunque la desarrolladora se encargó de llenar de misiones todo Bolivia, estás son muy repetitivas y sin una repercusión real para la temática del juego. Después de encontrar el archivo de enemigo número 20 o enfrentar un retén por doceava vez, todo te resultará por demás aburrido, más si estás jugado solo.

Por último está la cuestión técnica; aquí no tenemos quejas, los gráficos son muy buenos y a pesar del tamaño del juego, nunca encontramos problemas de desempeño o glitches que acabaran con la experiencia; lo mismo va para el multiplayer, los servidores siempre estuvieron disponibles para las partidas que decidimos jugar en este modo.

Mención aparte merece el apartado sonoro, más allá de las acertadas explosiones, disparos y trabajo vocal (en inglés y español), es divertido escuchar narcocorridos en la radio, a la gente de Bolivia hablar en español propio de aquél país o inglés con acento, lo cual le da un extra para todos los que estamos inmersos en ese contexto.

Ghost Recon: Wildlands tal vez no sea el juego más políticamente correcto de la actualidad, pero eso no le resta diversión al mismo, sobretodo en su modo multijugador; las opciones de incursión, gran cantidad de elementos de personalización, ambientación exacta, entre otras cosas lo hacen realmente disfrutable; a pesar de que sus misiones secundarias no sean lo suficientemente relevantes.