Hace unas semanas, antes del estreno de Avengers: Endgame, les mencionamos que debido a la llegada de la película y la popularidad del MCU, muchos padres de familia estaban nombrando "Tony Stark", "Steve Rogers" y "Marvel" a sus hijos e hijas (sin mencionar el caso del Thor mexicano). Sin embargo, los fans de Marvel no son los único que le rinden tributo a sus personajes favoritos de esta forma; el público de Game of Thrones es igual.

Puedes leer: Por culpa de Avengers: Endgame, padres nombran a sus hijos "Tony Stark" y "Steve Rogers"

De acuerdo con el Registro Civil de Argentina, en lo que va de 2019, año que marca el final de la serie; se han reportado varios recién nacidos con nombres como Sansa, Tyrion y (porque alguien tiene un oscuro sentido del humor) Joffrey. Dicha tendencia se mantiene desde 2013, cuando la popularidad del show estalló y se empezaron a tener registros de niñas llamadas Arya, Daenerys y Khaleesi.

Lo interesante es que esto no está del todo prohibido en el país sudamericano, siempre y cuando no sea extravagante, ridículo, contrario a las costumbres, que exprese o signifique tendencias políticas o ideológicas, o que genere equívocos respecto del sexo de la persona. Sí, aunque suene contradictorio, parece que a las autoridades argentinas ningún nombre de Game of Thrones le parece "ridículo" o "extravagante".

Es una especie de culto al heroísmo

Más que algo curioso, habría que analizar detenidamente este fenómeno, pues no es algo exclusivo del mundo del entretenimiento. Muchas personas que siguen alguna tendencia o moda tratan de "honrar" de cierta forma a sus figuras heróicas, la manera más inmediata es nombrar como tal a un hijo o hija, pues se tiene la idea de que ese ser admirado cuenta con una serie de cualidades que son deseables ya sea para uno o para la descendencia. 

Recomendamos: Gohan, Shen y hasta Krillin: Crece el número de registrados con nombres de Dragon Ball

El caso se puede aplicar a personalidades del deporte, de los espectáculos e incluso de la política. Mucho se ha dicho que esto, más que una forma de culto al heroísmo y a las figuras representativas, es una manera de los padres de proyectarse en sus hijos, pues pareciera que el nombre, más que pensarse para el recién nacido, se desea para uno mismo; pero que es imposible aplicar debido a que ya se cuenta con un apelativo. Un caso muy famoso es el de Zelda Williams, hija de Robin Williams quien se llama así por la princesa del juego de Nintendo; sin embargo, ella en varias ocasiones se ha mostrado no muy a gusto con su nombre.

Con información de Marca 2.0